Esparta, 242 a.C. La sociedad espartana se enfrenta a una de las mayores crisis de su historia: con los dos reyes enemistados y un sistema económico en declive, la guerra es una amenaza cada vez más acuciante.
Desde niña, Orianna siempre ha soñado con ser una gran guerrera. El único obstáculo con el que se encuentra es haber nacido mujer, pero, decidida a que nada ni nadie la detenga, luchará por obtener un lugar de honor en el ejército de Esparta. Para ello contará con la ayuda de su amigo Egan, un joven tullido que aspira a ganarse la admiración del pueblo espartano y, secretamente, el amor de Orianna, y con el apoyo de Nella, la esclava con la que ambos han crecido y que oculta sus propias ambiciones.
Sin embargo, la sombra implacable del conflicto civil alterará los destinos de los tres de forma irremediable.
Siglos atrás, unos brujos de gran poder dividieron el mundo en cuatro reinos (cielo, piedra, fuego y mar), y a continuación desaparecieron. Con el transcurso del tiempo, la magia perdió vigor y los hechiceros sólo realizaban conjuros en sus propios reinos, olvidándose de los demás. Hoy, únicamente los pocos que han sobrevivido al Laberinto y han atravesado la Puerta de la Muerte conocen la existencia de los cuatro reinos..., pero ni siquiera ellos han desvelado todos los misterios que guarda su mundo dividido.
Haplo, el patryn liberado del Laberinto, es enviado por el Señor del Nexo a Pryan, el reino del fuego. A bordo del Ala de Dragón, Haplo cruza la Puerta de la Muerte y se dirige a ese sofocante reino donde la permanente luz solar y la abundancia de lluvias ha dado lugar a una jungla exuberante, tan inmensa que los humanos y los elfos viven en las copas de los árboles y sólo los enanos residen en las proximidades del suelo.
El mandato que lleva Haplo es sembrar el caos entre los habitantes de Pryan y preparar así el terreno para que los patryn puedan dominarlo. Sin embargo, las constantes guerras ya han conseguido este objetivo. Los enfrentamientos y el odio racial, mantenidos durante generaciones, no cesarán ni siquiera bajo la amenaza de aniquilación a manos de los legendarios titanes.
Al grito de: «¡Muerte!» y armado con una magia lo bastante poderosa como para rivalizar con la del propio Haplo, un sacerdote humano y su dragón cabalgan a la vanguardia de la destrucción. La salvación de Haplo depende de su capacidad para vencer a los titanes..., pero todavía no conoce la manera de arrasar a esos gigantes renegados.