Tras perderse en el mar, el inglés John Blackthorne despierta en un lugar que pocos europeos conocen y menos aún han visto: Japón. Inmerso en la hermética sociedad nipona del siglo XVII, una tierra en la que la línea que separa la vida de la muerte es muy fina, Blackthorne debe enfrentarse no sólo a un pueblo extranjero, con costumbres e idioma desconocidos, sino también a sus propias definiciones de moralidad, verdad y libertad.
A medida que las luchas políticas internas y el choque de culturas conducen a un conflicto aparentemente inevitable, la pasión y la pérdida ponen a prueba a Blackthorne, que se debate entre dos mundos que cambiarán para siempre.
Bada y San, una pareja de treintañeros, tienen dificultades para concebir un bebé. Cansados de no lograrlo, y de escuchar comentarios de todo tipo, deciden someterse a un tratamiento de fecundación in vitro. La sociedad surcoreana, que conserva aún fuertes rasgos tradicionales, impondrá sin reservas sus expectativas sobre los jóvenes aspirantes a padres... incluso cuando las cosas no vayan bien.
A través de esta historia, Keum Suk Gendry-Kim nos cuenta el drama que viven muchas parejas: los retos físicos y psicológicos a los que se enfrentan, las opiniones sesgadas de familiares y amigos dependiendo de si hablan de la futura madre o del futuro padre, la falta de empatía de la comunidad médica... Mañana será otro día es una tragedia íntima, inspirada en la experiencia personal de la autora, pero que conectará a las lectoras y los lectores de uno y otro continente.
El diario ir y volver de los pájaros, las relaciones entre sus perros y los distintos animales del campo en que vive, los colores de las estaciones, las conversaciones con sus hermanas en pleno encierro, las penas y risas de la vida a los 70 años, los cambios sociales de un país y un mundo enardecidos, los horrores que traen los noticieros, la dedicación amorosa a un primer nieto, las lecturas de clásicos como Ovidio y de contemporáneas como Toni Morrison que la deslumbran y estimulan.
Marcela Serrano se dio a la tarea, durante tres años consecutivos, de consignar algún detalle de cada día de su vida. Entre 2020 y 2022 dejó de lado la invención de historias y personajes para observar su propia vida y lo que ocurría en su entorno inmediato.