¿Qué harías si el destino te hiciera cruzarte con el hombre perfecto hasta cuando sacas la basura en pijama? ¿Enamorarte, volverte loca… o ambas?
Ada lleva un tiempo de sequía amorosa cuando empieza a encontrarse en todos lados, como por arte de magia, con un auténtico dios griego. Tomando el sol en la playa, en el trabajo, incluso sacando la basura; allí está él, como si estuviera destinado a provocar que a Ada se le haga la boca agua. Parece que ha sido abducida por una comedia romántica, pero la realidad siempre es peor que la ficción y digamos que, en este caso, él viene acompañado de algún pequeño inconveniente (o no tan pequeño). Por mucho que lo intente, Ada no es capaz de huir de él. ¿Cómo se librará de esta?
Coincidencias, malentendidos y tensión sexual son el cóctel perfecto de esta historia de amor llena de caos. Con miles de lectores, Raquel Antúnez sabe escribir una buena comedia romántica con la que divertirse y enamorarse.
Una adivina errante encuentra una familia inesperada en este cálido y maravilloso debut de fantasía, perfecto para los lectores de Travis Baldree y Sangu Mandanna.
Tao es una adivina errante que viaja con su fiel mula como única compañía. Limita su don a los «pequeños presagios»: detalles como si granizará la semana que viene, a qué chico besará la camarera o cuándo parirá la vaca.
Sabe, por experiencia, que los presagios más grandes tienen consecuencias también grandes... Sin embargo, una de esas inofensivas fortunas se convierte en algo más cuando un ladrón (casi) reformado y un exmercenario la reclutan para encontrar a un niño perdido, y pronto se les une un panadero con ganas de aventura y un gato ligeramente mágico.
Así, Tao emprende un nuevo camino, pero a medida que baja sus muros, las sombras de su pasado se ciernen sobre ella y llegará el momento de decidir si merece la pena arriesgarlo todo para conservar la familia que nunca pensó que encontraría.
Es el verano de 1976. Peggy Hillcoat tiene ocho años y pasa los días con su padre, James, un hombre obsesionado con la supervivencia que ha convertido el sótano de su casa en un refugio nuclear. Una noche, sin previo aviso, James secuestra a su hija y se la lleva a una cabaña en medio de un bosque inmenso. Alejados de toda señal de vida humana, James convence a Peggy de que el mundo entero ha sido destruido. Juntos aprenden a subsistir: construyen trampas para cazar, se lavan en el río, almacenan alimentos. Los inviernos son largos y crueles; los veranos, fugaces. En su aislamiento, incluso fabrican un piano de madera que no produce sonido alguno. Durante años, Peggy vive en esa cabaña con su padre, sin cuestionar su realidad. Hasta que, un día, encuentra unas botas. El descubrimiento la empujará a una búsqueda desesperada que revelará los secretos de su encierro y la verdad sobre la última noche que pasó con James. ¿Qué ocurrió realmente en aquel bosque? ¿Cómo logró escapar? Y, sobre todo, ¿por qué ha vuelto sin él?