A veces el primer amor solo necesita una segunda oportunidad.
Callahan es el hermano Kane al que todos critican. Para muchos, Cal es un heredero mimado, un atleta fracasado y un alcohólico funcional. Quizá por eso siente que nadie lo conoce de verdad salvo Alana, la chica a la que le rompió el corazón. Después de aquello, Cal prometió no regresar jamás a Lake Wisteria…, hasta que la herencia de su abuelo lo ha obligado a volver. El único requisito, y a priori sencillo, es que debe pasar un verano entero en la casa del lago de la familia antes de venderla. Sin embargo, todo se tuerce cuando descubre que Lana no solo vive en la casa, sino que también asegura ser la dueña.
Alana no debería haberse enamorado nunca de Cal. Él mismo se lo dijo justo antes de destrozar su corazón y su amistad hace casi seis veranos, tras lo que prometió marcharse para siempre. Y seguramente tampoco debería habérselo creído, porque ahora Cal ha regresado con la intención de vender la casa del lago. Sin embargo, hay un inconveniente: la casa también está a nombre de Lana.
En todas las historias familiares hay un hecho que determina el destino de sus miembros. En el caso de Lola, la matriarca de esta saga de detectives, es la muerte de su hijo Marc, hace casi cinco años. Para Lola, lo que vino después fue un tiempo romo y agrisado. Pero hace unos meses que los Hernández se han reunido de nuevo, vuelven a investigar juntos como en los viejos tiempos. También Ayala, el fiel colaborador, ha regresado. Todos curtidos y, por qué no decirlo, más baqueteados a las órdenes del peculiar Mateo. Por otro lado, un estafador del amor campa a sus anchas por el barrio, se hace pasar por un antiguo compañero de colegio de sus víctimas y parece que su avaricia no tiene límites. Los Hernández se enfrentan a un escurridizo adversario.
Adéntrate en este nuevo small town romance, un homenaje a todas las lectoras que hayan soñado con escapar a un pueblecito y enamorarse de la vida allí (y puede que de algún que otro contratista con muy mal genio).
Hazel Hart era una exitosa escritora de romántica hasta que una ruptura la sumió en el bloqueo creativo de su vida. Cuando no termina a tiempo su último manuscrito, su editorial se planta: o cumple con el próximo plazo de entrega, o se acabó.
En busca de inspiración, Hazel compra una casa online y huye de Manhattan a Story Lake, en Pensilvania. Pero al llegar descubre que su nuevo hogar está que se cae y el pueblo está en las últimas tras el cierre de su mayor negocio.
Sin embargo, Hazel deja de preocuparse cuando conoce a Campbell Bishop, contratista y gruñón profesional, y decide contratarlo a él y a sus hermanos para renovar su «casa».
Antes de darse cuenta, Hazel está escribiendo (y viviendo) un romance... Por lo menos hasta que Cam recuerde las razones que tiene para no poder ser feliz para siempre.