Amélie Nothomb en plena forma: un elogio de la lectura nada trivial, nada previsible y, sobre todo, nada inocente.
Ange tiene diecinueve años, vive en Bruselas y estudia filología. Para ganarse algún dinero, decide comenzar a impartir clases particulares de literatura a un adolescente de dieciséis años llamado Pie. Según su despótico padre, el chico es disléxico y tiene problemas de comprensión lectora. Sin embargo, el problema real parece ser que odia los libros tanto como a sus padres. Lo que a él le apasiona son las matemáticas y, por encima de todo, los zepelines.
Segundo volumen de las andanzas del autoestopista galáctico, con las dos novelas que cierran esta maravillosa "trilogía en cinco partes." A lo largo de la historia ha habido grandes sagas galácticas: Fundación, de Asimov, Dune, de Herbert, Odisea espacial, de Clarke, Star Trek, de Roddenberry o La guerra de las galaxias, de Lucas Pero solo una de ellas, la saga de la Guía del autoestopista galáctico, de Douglas Adams, aporta algo único a la literatura interestelar: el humor. Tras la aparición en esta colección de Los autoestopistas galácticos, que reunía la trilogía inicial, este volumen aporta de propina las otras dos novelas Hasta luego, y gracias por el pescado e Informe sobre la Tierra: fundamentalmente inofensiva que expanden el asunto hasta nada menos que una "trilogía en cinco partes."
Los demonios es sin duda alguna una de las grandes novelas de Dostoyevski y una de las que más intensamente interpela al lector de nuestros días. Dostoyevski la escribió horrorizado por la muerte de un terrorista, Ivánov, asesinado por sus compañeros de lucha de la banda de Necháyev. El escritor decidió exhibir lo que era el terrorismo en una novela-advertencia. Pocas veces la literatura ha penetrado tanto en la conciencia de los terroristas como en Los demonios. Dostoyevski sabía bien de qué hablaba. Él mismo había participado en el Círculo Petrashevski antes de que la policía lo desmantelara y condenara a sus miembros a la muerte. El día de Nochebuena de 1849, tras un simulacro de ejecución, las autoridades penales anunciaron que habían cambiado el veredicto. El escritor, traumatizado para el resto de su vida, fue condenado a un campo de trabajos forzados en Siberia, en lo que sería un ensayo para el gulag soviético décadas después. Al adentrarse en la mente del terrorista, Dostoyevski describe en Los demonios una generación de jóvenes revolucionarios rusos dispuestos a "sacrificarse y sacrificarlo todo a la verdad". Pero como dice el mismo autor, "toda la cuestión está en qué se considera como verdad. Para ponerlo en claro, precisamente, he escrito esta novela". Los demonios se convierte así en una de las novelas más modernas del siglo XIX, y se puede leer en clave de una defensa de la libertad alejada de todos los fanatismos, y como una crítica acérrima, una advertencia y una premonición del Estado totalitario que tardaría medio siglo en producirse.
«Donde el poder está en juego, la mentira se hará presente».
Desde que fueron anunciadas en Colombia las negociaciones de paz con las Farc, Juan Gabriel Vásquez no ha dejado de comentar ese proceso que tanta esperanza -y tanta polarización- ha llevado a ese país. Este libro recoge todo lo que ha escrito al respecto: sus columnas de opinión en medios de todo el mundo, pero también conversaciones con el expresidente Juan Manuel Santos, con el jefe del equipo negociador del Gobierno colombiano en La Habana, Humberto de la Calle, y con la escultora Doris Salcedo.
Los desacuerdos de paz no sólo documenta los acontecimientos de los últimos diez años: también propone una reflexión sobre la mentira y la violencia que han degradado la convivencia ciudadana. El libro incluye un prólogo y un epílogo inéditos en los que Vásquez procura dar respuesta a dos preguntas: en los tiempos de la posverdad, ¿cómo ejercer el periodismo de opinión? Y en el país del posconflicto, ¿cómo contar el pasado?
Desde su periodismo, Vásquez defendió antes las negociaciones igual que defiende ahora los acuerdos, pero siempre con la mirada lúcida y alejada de todo sectarismo, y a partir de una posición que no es ideológica ni sólo política, sino también humanista y moral.
En los últimos tres años de su vida, semana tras semana, Jorge Luis Borges mantuvo inolvidables diálogos con el escritor Osvaldo Ferrari, cincuenta años menor. No fueron reportajes ni entrevistas sino conversaciones nacidas del placer de tratar temas con los que ambos, a pesar de la diferencia de edad, tenían afinidades. Este libro recoge, por primera vez, todas esas conversaciones en una edición definitiva, corregida y revisada, que tuvieron gran repercusión a lo largo de los años en diferentes formatos y publicaciones.
En estos diálogos, en los que se habla de literatura pero también de política, de cuestiones biográficas, de actualidad, brilla la inteligencia de Borges, su memoria prodigiosa y su don con las palabras. Borges hablaba con la misma perfección con la que escribía. En ese sentido, los diálogos completan la comprensión de su obra y son un complemento necesario y fascinante de sus textos escritos. Osvaldo Ferrari logra aquí que esos encuentros se lean con deleite y asombro, y permite así que los lectores recuperen a ese espíritu literario irrepetible.
«Como todos mis libros, acaso como todos los libros, éste se escribió solo. Ferrari y yo procuramos que nuestras palabras fluyeran, a través de nosotros o quizá a pesar de nosotros» (Jorge Luis Borges). «El compendio de estos intercambios es un testamento intelectual. Al final de su vida, Borges era pura expresión, y me llena de orgullo haber sido el intermediario, el vehículo de su necesidad de volcar lo que pensaba y hacerlo público» (Osvaldo Ferrari).