Poder. Privilegio. Fiestas. Es un mundo muy pequeño en la cima. Boris Johnson, Michael Gove, David Cameron, George Osborne, Theresa May, Dominic Cummings, Daniel Hannan, Jacob Rees-Mogg: Whitehall está plagado de viejos oxonianos. Han debatido entre ellos en las tutorías, se han enfrentado en las elecciones estudiantiles y han asistido a los mismos bailes y cenas de etiqueta. No son solo colegas: son compañeros, rivales, amigos. Y, cuando salieron del mundo de los debates estudiantiles para entrar en la escena nacional, llevaron consigo su política universitaria. Trece de los diecisiete primeros ministros británicos de la posguerra estudiaron en la Universidad de Oxford. En Amigocracia, Simon Kuper analiza cómo la atmósfera enrarecida y privilegiada de este estrechísimo círculo de talentos —y las amistades y visiones del mundo que creó— dio forma a la Gran Bretaña moderna. Una mirada condenatoria a la camarilla universitaria convertida en mayoría en la Cámara de los Comunes que abrirá de par en par las puertas de Westminster y cambiará para siempre la forma de ver la democracia del Reino Unido.
¿Por qué, poco después de la Revolución Francesa, unos jóvenes pintores deciden usar togas griegas y más tarde se retiran a un monasterio ruinoso? ¿Qué hace que unos artistas prusianos casi adolescentes se dejen crecer el cabello, lleven largas túnicas e intenten vivir como monjes medievales? ¿O que otros jóvenes creadores en Inglaterra funden una llamada "Hermandad Prerrafaelita"? ¿Y que un grupo de amigas se unan como Hermanas en el Arte o "Sisters in Art"? ¿Por qué William Morris quiere convertirse en una suerte de artesano y termina siendo un pionero del socialismo? ¿Cómo se unen en un proyecto artístico colectivo la espiritualidad, la amistad, el género, el deseo sexual y las ideas políticas? ¿De qué modos puede el arte cambiar la vida de los que lo practican, más allá de constituir una ocupación? ¿Es ese el sentido de los colectivos de creadores? "Amigos, disfraces y comunas" quiere responder estas preguntas, mediante el estudio del primer tipo de colectivismo artístico moderno, que sienta las bases para los colectivos artísticos de los siglos XX y XXI: son las llamadas hermandades de artistas, grupos cuya práctica ambiciona unir el proyecto vital y el creativo, ensayando otras formas de entender los afectos y la identidad como algo compartido. Trazando la historia de "Méditateurs", Nazarenos, Prerrafaelitas y miembros del movimiento "Arts and Crafts", este libro estudia las prácticas colectivistas de dichos grupos entendiéndolas como una forma de autoescenificación que da vida a visiones estéticas y sociales. De este modo, contribuye a una genealogía anterior a los siglos XX y XXI de la "performance".
Se diría que la experiencia amorosa es universal, aquella a la que todas las personas prácticamente sin excepción se creen autorizadas a referirse. Amo, luego existo nos acerca en concreto a la forma de vivir el amor de quienes se dedicaron intensamente a intentar comprender qué significa amar y ser amados. ¿Y cómo amaban, por cierto, los grandes pensadores? Los estoicos con paciencia, los vitalistas con entusiasmo, los nihilistas con pesimismo. Para un pensador, el amor es algo tan apasionante o doloroso como para el resto de los mortales. Porque el amor no es un asunto teórico de idéntico rango que los de mayor importancia: es una de las experiencias más intensas y absorbentes que puede tener un ser humano.
Lo que caracteriza a los filósofos seleccionados es precisamente que intentaron arrojar algo de luz sobre una pasión que en algunos momentos les devoró por completo. A la vista del lector estará que obtuvieron resultados desiguales, como también lo estará que todos ellos identificaron la aventura del pensamiento con la de la misma vida.