Libro valiente e insólito en su momento, "Alienación. Historia de una palabra" se alejó de la corriente imperante en el tiempo en que se publicó, cuando el mundo académico se centraba exclusivamente en la teoría marxista de la alienación. Muy al contrario, en su obra el autor demuestra que la "alienación" aparece a menudo en otras interpretaciones del mundo social, apuntadas bajo la expresión "alienación doquiera". Sin obviar a Marx y a sus exégetas, la obra parte de la fuente filosófica de la alienación, que se encuentra en Hegel, y rastrea con minuciosidad las aportaciones de los distintos filósofos, hasta Sartre, desde la perspectiva de su acercamiento o alejamiento del cano hegeliano. Publicado por primera vez en 1973 como texto del discurso de ingreso del autor en la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, se acompañó entonces de la contestación de D. Luis Jordana de Pozas. Una edición muy ampliada se publica en la editorial del Instituto de Estudios Políticos en 1974, y es esta la que ha sido conocida en España desde entonces por el público especialista. Sin embargo, en 19888 aparece una segunda edición actualizada y corregida en la editorial de la Universidad Nacional Autónoma de México. Es el texto de esta segunda edición el que ahora se edita por primera vez en España.
¿Le conocen por las maletas que se echa a cuestas? Probablemente lo hizo esta mañana. En algún punto entre su primer paso y el último para cruzar el umbral, usted tomó quipaje. Fue hasta el dispensador de maletas y cargó unos cuantos bolsos. Pero este dispensador no es la correa transportadora del aeropuerto. Es la de la mente. Y las valijas que tomamos no son de cuero, sino de cargas. La maleta de la culpa. El baúl del descontento. La mochila de la ansiedad y un bolso de tristezas colgado del hombro. Añádase un maletín de perfeccionismos, el saco de la soledad y la bolsa de lona del temor. No es raro que estemos tan cansados al final del día. ¿Hacia dónde podemos volvernos en busca de ayuda? ¿Qué le parece si consultamos a un viejo amigo, el Salmo Veitnitrés?
¿Le conocen por las maletas que se echa a cuestas?
Es probable que lo hiciera esta mañana. En algún punto entre su primer paso y el último para cruzar el umbral, usted tomó equipaje. Fue hasta el dispensador de maletas y cargó unos cuantos bolsos. Pero este dispensador no es la cinta transportadora del aeropuerto. Es la de la mente. Y las valijas que tomamos no son de cuero, sino de cargas: Las maletas de la culpa, del descontento, de la ansiedad y de las tristezas. Añádase un maletín de perfeccionismo, el saco de la soledad y la bolsa de lona del temor. No es raro que estemos tan cansados al final del día. ¿Hacia dónde podemos volvernos en busca de ayuda? ¿Qué le parece si consultamos aun viejo amigo, el Salmo Veintitrés?
Jehová es mi pastor; nada me faltará. En lugares de delicados pastos me hará descansar; Junto a aguas de reposo me pastoreará. Confortará mi alma;
Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.
Aunque ande en valle de sombra de muerte.
No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo;
Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.
Aderezas mesa delante de míen presencia de mis
angustiadores;
Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando. Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida,
Y en la casa de Jehová moraré por largos días.
Con estos versos como guía, Max Lucado nos conduce a lo largo de un útil inventario de nuestras cargas. Nuestro deseo es que Dios use este salmo para recordarle que deje las cargas que nunca debió llevar. Max, Denalyn y sus tres hijas viven en San Antonio, Texas, donde pastorea
la iglesia Oak Hills.