Estas Formas de hacer el amor (De figuris Veneris en el original latino), de Friedrich Karl Forberg, constituyen el primer intento serio de catalogar, explicar y comentar las prácticas sexuales de la Antigüedad clásica. Estamos ante un tratado erudito, en el que son muy numerosas las citas literales de los autores clásicos, por lo que la sexualidad descrita por Forberg no es fantasiosa, no es el resultado de actualizar el mito tan recurrente sobre la depravación de los antiguos. Sin embargo, la obra de Forberg también es obscena, desprejuiciada, descarnada: el autor no se esconde detrás de un lenguaje alambicado, emboscado entre paráfrasis y circunloquios, para endulzar el testimonio de los antiguos. Su tono y sobre todo su expresión son vulgares, soeces, malsonantes, lo que tal vez explica que la obra circulara casi en secreto, en ediciones reducidas y generalmente de encargo, durante el siglo xix. El ensayo trasciende las distinciones de orientación sexual (heterosexualidad, homosexualidad, transexualidad, etc.) para centrarse en las formas de hacer el amor: “jodienda”, “enculada”, “mamada”, “masturbación”…, acaso porque lo trascendental del amor es la forma de hacerlo, y no con quién.