Zygmunt Bauman fue uno de los grandes pensadores sociales de nuestro tiempo: creador del concepto de modernidad líquida, transformó nuestra manera de entender las condiciones sociales que configuran nuestras vidas hoy en día. La suya se vio marcada por las grandes fuerzas sociales que definieron la segunda mitad del siglo xx: la guerra, el comunismo, el antisemitismo y la migración forzada; y su obra lleva la huella de un outsider que conocía de primera mano el enorme impacto que las fuerzas sociales y políticas pueden tener en la vida de una persona.
La humanidad ha mirado al cielo desde tiempos inmemoriales para intentar descifrarlo y, a la vez, intentar descifrarnos. Pero la ciencia no ha sido nuestra única herramienta: artistas de todas las épocas y de todas las disciplinas han tratado de capturar la inmensidad del cosmos en sus obras, reflejando tanto nuestra comprensión e interpretación como las emociones que nos provoca.
De la mano de la astrofísica y divulgadora Montserrat Villar Martín recorreremos siglos de historia a través de pinturas, grabados y esculturas, entre otras manifestaciones artísticas, que han dado forma a nuestra percepción del cosmos. Y, explorando temas como las constelaciones y los mitos que poblaron la bóveda celeste, el temor a los cometas como mensajeros de la muerte, la astrología como deseo de leer nuestro destino en las estrellas y la eterna pregunta sobre la existencia de vida en otros mundos, así como su representación en las obras de Vermeer, Dante y Voltaire entre muchos otros artistas y pensadores, la autora nos descubre cómo la astronomía ha influido en nuestra cultura y nuestro pensamiento.
El dadaísta Francis Picabia decía que «tenemos la cabeza redonda para que nuestros pensamientos puedan cambiar de orientación». En efecto, a lo largo de los años, modificamos nuestra opinión sobre muchas cosas: gustos estéticos –la música que escuchamos, la ropa que vestimos–, afiliaciones sociales –el equipo de fútbol o el partido político al que apoyamos– y hasta cuestiones tan trascendentales como la persona a la que amamos o el dios al que veneramos.
Un volumen que atesora leyendas épicas, extraordinarias y sobrenaturales de la era clásica, la mitología europea, la egipcia y la africana, la de Oriente próximo y la de Asia, la de Oceanía y la de las Américas. Historias que hablan de lo humano y lo divino, de los dioses y los héroes que han contribuido a enriquecer las tradiciones de las diferentes culturas.
Cómo identificar y rebatir las falacias de la izquierda radical.
Los progresistas se presentan como los defensores de la razón, la ciencia y la justicia social. Pero ¿qué ocurre cuando sus argumentos no resisten el más mínimo escrutinio?
En Mitos progres, el filósofo Michael Huemer desmonta, con datos y rigor, algunas de las ideas más influyentes y repetidas del progresismo actual: que la brecha salarial entre hombres y mujeres se debe al machismo; que los tiroteos policiales son sistemáticamente racistas; que el género es un mero constructo social, o que el cambio climático nos llevará a la extinción.
Con un estilo claro y valiente, Huemer demuestra que muchas de estas afirmaciones no son inocentes ni irrelevantes: son mitos ideológicos que distorsionan el debate público, polarizan a la sociedad y justifican políticas ineficaces —o directamente dañinas—. Y lo que es aún peor: se utilizan como armas morales para silenciar la disidencia y blindar una visión dogmática del mundo.
Este libro no pretende imponer una nueva ideología, sino recuperar algo más necesario que nunca: el respeto por los hechos, el pensamiento crítico y la libertad de disentir.
En estas páginas, Diego S. Garrocho no arma una defensa de la prudencia ni de las buenas maneras en política, sino la constatación de cómo en un contexto atravesado por irracionales identitarismos y juegos de posición, la moderación es, sobre todo, un acto de valentía.
Montaña viaja en el tiempo, a través de varias historias universales y alguna aventura inédita del autor, para explicar la misteriosa relación del ser humano con las cimas, y sobre todo consigo mismo y con los demás: de los pioneros en el Mont Blanc a la vanguardia del estilo alpino en el Himalaya; de la curiosidad científica de Saussure a la búsqueda de la perfección ética y estética de Steve House… Existen tantas motivaciones y justificaciones para lanzarse a subir montañas como personas hay en el mundo.
¿Qué significa ser madre? ¿Qué significa pensar el cuerpo como materia viva que, en el parto, se abre y se desgarra? Devolviendo el concepto de 'vida' a su dimensión visceral, Adriana Cavarero desafía la indiferencia de la filosofía hacia el cuerpo materno y explora sus lados oscuros y perturbadores, marginados por una tradición que favorece representaciones idílicas y luminosas. Para ello, recurre a la literatura analizando la maternidad en libros de autoras como Annie Ernaux, Elena Ferrante o Clarice Lispector, además de al pensamiento filosófico y a la tradición trágica griega, con incursiones en la antropología, la biología y la teoría crítica feminista. Cavarero, pues, se centra en la parte carnal de la experiencia maternal, en la que el cuerpo femenino se hace cómplice del proceso procreativo de la naturaleza, permitiéndole regenerarse cada vez. El origen de la vida está precisamente en el cuerpo de la mujer que se desgarra para generarnos.
Ha quedado científicamente demostrado que la mayoría de mujeres tienden a sentirse asfixiadas por todos los pensamientos, las emociones y las preocupaciones que se superponen entre ellas sin freno ni control: le dan vuelta y más vuelta a todos los aspectos negativos de sus vidas, piensan en las mil formas en las que podrían haber actuado diferente o por qué no se sienten de una determinada manera. Y tanto rumiar no solo obstaculiza su capacidad para afrontar eficazmente los problemas, sino que también tiene consecuencias nefastas en su estado de ánimo, sus relaciones y su salud.
Un libro inspirador de una de las figuras más emblemáticas de la política contemporánea.
«Hace algunos años, cuando Mujica fue electo presidente de Uruguay, el mundo descubrió a un político distinto. Vivía con muy poco, decía lo que pensaba y se expresaba más como un filósofo que como un ex guerrillero reconvertido en político.
Desde muy joven se involucró intensamente en el activismo de un partido tradicional, vivió la década de los años sesenta desde la trinchera revolucionaria, pasó los setenta en la más oscura de las catacumbas de la dictadura y en los noventa participó en el crecimiento y triunfo de las izquierdas hasta llegar a ser presidente de su país.
Mujica ha culminado su gobierno con altos índices de popularidad, resultados económicos y sociales elogiados en todo el mundo y medidas puntuales que pasarán a la historia. Lo ha hecho conjugando dos realidades antitéticas: una concepción ideológica y un estilo de vida anarquista, con el cargo de presidente, que concentra el mayor poder del estado.» - Allan Percy