Vivimos en un momento de profundas transformaciones en el ámbito de la imagen y la cultura visual. ¿Cómo puede ayudarnos la antropología a pensar el papel de las imágenes en nuestra vida cotidiana? Y, al revés: ¿cómo podemos repensar algunos de los temas clásicos de la antropología (el ritual, el parentesco, la experiencia de la alteridad) a partir de las nuevas formas de visualidad contemporánea?
Con un lenguaje claro y riguroso, Roger Canals redefine en este ensayo el campo de la antropología visual desde un punto de vista a la vez teórico y práctico. A partir de numerosos ejemplos de nuestro día a día y de experiencias extraídas de sus propias películas e investigaciones, Canals analiza cómo nos relacionamos con y a través de las imágenes, y cómo tejemos vínculos con los demás a través de la mirada y de los instrumentos de visión.
La ira es tan sólo un instrumento o un arma en manos más calculadoras. Un pueblo en armas es una fuerza, pero no piensa. Como mucho opina. Y la opinión es cosa fácil de construir. La ira no produce cambios, la ira es mercenaria. Sirve a quienes más la excitan. La necesaria rebeldía de Medea contra el orden social establecido –o lo que llamaríamos ahora lo «políticamente correcto»– y contra sus propios impulsos naturales, y la actividad de un principio como el de la diosa Kālī que sustenta, en el orden simbólico, la cíclica construcción y destrucción del universo de las formas son, si las comprendemos bien, dos ejemplos inmejorables del poder femenino que necesitamos activar para adelantarnos a lo que ha de venir y evitar así un desastre mayor. Podemos invertir los papeles, sin duda. Pero ¿de qué sirve reemplazar los ingredientes si el caldo está podrido? Lo que necesitamos ahora no es una simple inversión, sino una auténtica transformación, un cambio de paradigma que abarque todos los ámbitos.
Unas ochocientas fotografías originales acompañadas de una clara información. Hechos nuevos e ideas recientes. Cubre extensamente todos los aspectos de la I Guerra Mundial con textos e ilustraciones.
Novecientas fotografías comentadas. Imágenes de todos los escenarios bélicos. Con un índice pormenorizado y claras explicaciones históricas. Ofrece un examen de las causas y consecuencias de la guerra.
Cada día Gabriel Zuchtriegel camina por las callejuelas de la antigua ciudad de Pompeya, destruida y enterrada viva en menos de dos días en el año 79 d.C. Estas inspecciones, excavaciones y proyectos de restauración y accesibilidad lo ponen en contacto con la fragilidad de un sitio único en el mundo y hacen que se desplieguen ante él la belleza del arte antiguo y la fugacidad de la vida humana. Ante los moldes de las víctimas de la erupción del Vesubio, pero también ante la escultura de un niño pescador al que la lava encontró dormido, que le recuerda a su hijo, se pregunta: «¿Qué tiene que ver Pompeya con nosotros? ¿Qué tienen que decirnos hoy nuestros antepasados?».
En La magia de las ruinas, el director del Parque Arqueológico de Pompeya lleva a los lectores a un viaje a través de los siglos por un escenario encantado, donde el pasado y el presente se mezclan de manera asombrosa. Es un viaje hecho de descubrimientos, desde las primeras excavaciones del siglo XVIII hasta los hallazgos más recientes, que arrojan nueva luz sobre la vida de los esclavos y los pobres en la ciudad y su territorio.
Recorre la historia de la arqueología moderna, intrínsecamente ligada a la de Pompeya, una disciplina que al principio solo se interesó por las obras de arte extraídas de la tierra, pero gradualmente entendió que el verdadero tesoro que nos han dejado las cenizas del Vesubio comprende mucho más: rituales antiguos, cultos misteriosos, transgresiones y erotismo, la historia social y cultural de una civilización, sus obsesiones y esperanzas. Son temas estrechamente entrelazados con nuestro presente y con la biografía de cada uno de nosotros, como demuestra el propio Zuchtriegel al hablar también de sus experiencias personales y profesionales, sin omitir los momentos de duda y las dificultades encontradas en el viaje que lo llevó desde una pequeña población alemana al sitio arqueológico más famoso del mundo.
Un hombre, de espaldas, ahoga su mirada en un mar de niebla del que emergen cimas montañosas: es el cuadro más representativo del Romanticismo. Todo el mundo recuerda bien la imagen, pero ¿quiénes conocen la vida aventurera y fascinante de su autor, el pintor Caspar David Friedrich? Con su estilo evocador y refinado, lleno de detalles insólitos e íntimos, Florian Illies nos ofrece un asombroso recorrido por la experiencia humana y artística de Friedrich, desde la relación con su esposa Line, mucho más joven y pragmática que él, hasta las raíces de la profunda nostalgia que emana de cada una de sus célebres pinturas.
Nacido en Greifswald hace doscientos cincuenta años, Caspar David Friedrich inspiró a Samuel Beckett en Esperando a Godot y a Walt Disney para crear Bambi; sin embargo, Goethe no soportaba la enigmática melancolía de sus pinturas. En un viaje a gran escala a lo largo del tiempo, Florian Illies cuenta por primera vez los avatares secretos de las obras de Friedrich: desde cuadros quemados hasta otros que emergen de las brumas de la historia muchos años más tarde. Tan venerado por Adolf Hitler como por Rainer Maria Rilke, tan odiado por Iósif Stalin como por los movimientos contraculturales del sesenta y ocho, tan codiciado por la mafia como por Leni Riefenstahl, el pintor Caspar David Friedrich se convierte en el hilo conductor de este libro deslumbrante que cuenta, desde una perspectiva original y cautivadora, los últimos dos siglos y medio de la historia alemana y europea.
En el siglo XX, el socialismo real pretendía instaurar una sociedad sin mercados donde la persona se reducía a mera materia socialmente reproducible. Ahora, en la tercera década del siglo XXI, el liberalismo tecnicista propugna un mercado sin sociedad. Para esta visión materialista y tecnicista la capacidad de transformación de la realidad por el ser humano no tiene límites. Dicho en otras palabras, la libertad humana no tiene límites. Es pura voluntad de poder ilimitado. Lo cual plantea el siguiente dilema: si el socialismo real, al negar la capacidad fabril de la persona, destruye lo social, ¿no destruirá el liberalismo tecnicista con su negación de los principios metafísicos de la libertad, la libertad individual misma?
Estamos constantemente fotografiando y siendo fotografiados, al tiempo que alimentamos bases de datos de aprendizaje automático con nuestros datos, que a su vez se utilizan para generar nuevas imágenes. Al analizar la transformación de la fotografía por el mundo digital –y la transformación de la percepción humana por las imágenes gestionadas por algoritmos, desde la CGI a la IA–, el presente libro investiga lo que significa para nosotros vivir rodeados de flujos de imágenes y ojos maquínicos. Con una inteligente y atractiva argumentación, Zylinska aúna la teoría de los medios y la neurociencia. Su «máquina de percepción» designa un universo técnico de imágenes y sus infraestructuras, pero también se refiere a la condición sociopolítica resultante de la automatización actual de la visión, la creación de imágenes y la imaginación.
Si ha existido un periodo en la historia de la humanidad del que podamos sentirnos orgullosos, fue sin duda el andalusí. Jamás un pueblo atesoró tanto conocimiento ni irradió tan vasta cultura. Especialmente entre los siglos IX y XIII, Al Ándalus vivió un auténtico Renacimiento que se nutriría de todo el conocimiento clásico y desarrollaría una ciencia propia que iluminaría Europa durante casi un milenio.
Esta maravillosa obra, ilustrada con el preciosismo que su contenido merece, nos presenta a los grandes sabios, como Abul Qasim, Averroes o Maimónides, en un trabajo de documentación que pone de relieve la contribución de las científicas y científicos andalusíes, que fueron capaces de fusionar el conocimiento de Oriente y Occidente,
La Medicina de Al Ándalus rescata con rigor y de forma amena y visual la práctica y los principales sabios de la medicina a lo largo del periodo andalusí, uno de los mayores hitos en la historia de la humanidad.
A principios del siglo XVIII, en pleno auge de la Ilustración, un insólito equipo de científicos franceses y oficiales de marina españoles –entre ellos Jorge Juan y Antonio de Ulloa– emprendió la primera expedición científica internacional del mundo, con la intención de realizar mediciones astronómicas precisas en el ecuador y resolver así uno de los misterios más antiguos de la humanidad: la verdadera forma de la Tierra. En su libro La medida de la Tierra. La expedición científica ilustrada que cambió nuestro mundo, el galardonado Larrie D. Ferreiro, autor de Hermanos de armas, narra por primera vez la historia completa de la Misión Geodésica al ecuador, en una época en la que Europa se debatía entre dos concepciones opuestas del mundo: los seguidores de René Descartes sostenían que la Tierra se alargaba hacia los polos, mientras que Isaac Newton defendía que era achatada. Una nación que pudiera determinar con precisión la forma del planeta podría navegar con seguridad por sus océanos y proporcionar enormes ventajas militares –con su consiguiente proyección imperial–.
Conscientes de ello, Francia y España organizaron una expedición conjunta al virreinato de Perú, provista de los más avanzados equipos topográficos y astronómicos, con el fin de medir un grado de latitud en el ecuador que, comparado con otras mediciones, revelaría la forma de la Tierra. Sin embargo, lo que desde los lejanos gabinetes científicos de París y Madrid parecía un sencillo ejercicio científico, se vio casi inmediatamente empañado por una serie de catástrofes imprevistas, y los expedicionarios vieron su misión amenazada por un terreno tan exigente como son la cordillera de los Andes o las selvas ecuatoriales, una población nativa profundamente recelosa y su propia arrogancia. La medida de la Tierra es un apasionante relato que entreteje aventura, historia política y ciencia, para narrar la mayor expedición científica de la Ilustración a través de los ojos de los hombres que la llevaron a cabo, pioneros que superaron tremendas adversidades con el objetivo de discernir la forma de nuestro mundo y sentar, además, los cimientos para la cooperación científica a escala mundial.