En el año 2015, las circunstancias obligaron a Eduardo Bravo a ingresar en el universo precario y acalambrado del periodismo freelance. Acuciado por el ritmo vertiginoso de la profesión y la propia naturaleza del oficio, a lo largo del lustro siguiente tuvo que escribir más de mil artículos —cerca de cinco por semana—, muchos de los cuales aparecieron en algunas de las cabeceras más prestigiosas del país. El presente volumen recoge una selecta muestra de esa amplísima y notable producción, y ofrece al lector la oportunidad de conocer a una de las voces más refrescantes y atractivas del panorama periodístico actual.
Los textos de Bravo comparten un mismo estilo —sobrio, elegante, medido—,una misma sensibilidad y, sobre todo, un mismo territorio sentimental y conceptual: el siglo XX, de cuyos márgenes, fisuras, grietas, pliegues y dobleces el autor ha conseguido trazar un mapa apasionante y cautivador. Por las páginas de estas «historias raras» circula toda una galería de personajes excesivos, geniales, lamentables, crueles y depravados: desde el Dioni hasta Ceaucescu, pasando por el humorista Lenny Bruce, la terrorista Ulrike Meinhof, el general Perón o el director de cine Russ Meyer. El ejemplo de sus vidas y las extravagantes peripecias que vivieron sirven para iluminar la cara oculta de ese periodo histórico al que dijimos adiós con la caída del Muro de Berlín.
Saludos desde la antigua Roma.
Mi nombre es Marco Sidonio Falco, un romano noble de nacimiento. Con la ayuda de mi ayudante, el Dr. Jerry Toner, he escrito un relato de mi recorrido por el imperio romano en su apogeo. Únase a nuestro viaje hacia el este para disfrutar de los grandes festivales de Grecia y explorar el centro cultural de Atenas. Acompáñenos a visitar la joya de Éfeso y comparta nuestro viaje por el Nilo para ver las antiguas pirámides y la estatua parlante del dios Memnon. Viajando hacia el oeste por el granero del Imperio, se deleitará con la fecundidad de Hispania, de la que conoceremos cómo se extrae el oro y los buenos caballos de esa provincia, y la belleza de la Galia, antes de cruzar a Britania, donde también sufrirá lo peor que la vida provinciana puede ofrecer.
No todo será sencillo y experimentará los terrores de los viajes por mar, las chinches y la pésima comida de las posadas de carretera, y los peligros de los bandidos. Mi guía ofrece consejos prácticos para sobrevivir a todas estas dificultades. Es el Imperio romano el que ha hecho posible todos estos viajes. Su excelente red de comunicaciones, tanto por carretera como por mar, ha generado una circulación fácil y segura. Los romanos hemos cartografiado el mundo, tendido puentes sobre los ríos y cortado caminos a través de las montañas. Sin embargo, casi ninguno de los que desean conocer los aspectos más destacados del imperio tiene idea de por dónde empezar. Esta guía les dirá todo lo que necesitan saber.
Al escribir sobre el poder y la Iglesia hay que pensar no sólo en el que ejerce esta en la sociedad, cada vez más menguante, sino en las fuerzas de poder dentro de la propia Iglesia, teniendo en cuenta que va más allá del poder institucional. Este libro aborda las dinámicas de poder de la historia reciente de la Iglesia en España y en qué medida han influido en la marcha de su historia y de la sociedad, especialmente desde la Transición hasta nuestros días. En esta narración hay un protagonista destacado: las interesantes y desconocidas 'redes de amistad' o 'cordadas episcopales'.
Serrano Oceja nos descubre los diversos centros de los que han emanado la toma de decisiones y qué consecuencias ha generado para la Iglesia y el conjunto de la sociedad española.
Transcurridos más de cincuenta años de la clausura del Concilio Vaticano II, es hora de realizar una interpretación serena, alejada de las batallas políticas o religiosas, de ese acontecimiento determinante para la vida de la Iglesia y para su presencia en la sociedad, poniendo sobre la mesa cuáles han sido los protagonistas principales, las tendencias que se enfrentaron dentro de la Iglesia así como las incógnitas sin resolver.
España es casi una isla. Si hubiera una línea de puntos por los Pirineos y cortáramos, nos convertiríamos en isleños. Incluso los habitantes de las provincias del interior lo serían. Esta así insularidad ha marcado y marca la historia de España.
Tras más de tres años de investigación, Noemí Sabugal despliega en Laberinto mar un retrato inolvidable de nuestro país a través de sus costas. Mezcla de memoria, ensayo y crónica, Sabugal viaja al norte para hablar con los últimos cazadores de ballenas y con familias que siguen jugándose la vida en el mar. En el sur, explora las mismas costas que vieron partir a descubridores de nuevos mundos. Traza, en varias latitudes, una historia dolorosa de naufragios y migraciones, y otra de mitos fenicios, griegos y romanos escondidos bajo las aguas antiguas del Mediterráneo, repletas hoy de microplásticos y de amenazas para las praderas de posidonia. Un mar que es de quienes lo escriben y lo pintan, de los poemas de Carmen Conde a las playas de Sorolla.
Los Juegos Olímpicos de 1936 fueron concebidos como herramienta de propaganda del nazismo. En estas circunstancias se enfrentaron en la prueba de salto de longitud Luz Long, uno de los atletas más destacados de Alemania, y el estadounidense Jesse Owens. Pero sucedió lo imprevisible: el americano falló sus dos primeros saltos. El alemán se acercó y le hizo algunos comentarios. Y Owens consiguió el récord olímpico. Al final de la carrera, los dos emocionados se abrazaron y dieron la vuelta al estadio, en medio de los rugidos de la multitud. Este libro es la crónica, en paralelo, de dos existencias muy diferentes y al mismo tiempo la historia de un encuentro y una amistad capaz de romper las barreras del odio."Se podrían fundir todas las medallas y copas que gané, y no valdrían nada frente a la amistad de 24 quilates que hice con Luz Long en aquel momento". Jesse Owens
La epidemia de suicidios que barrió Alemania al caer el nazismo.
En 1945, el Tercer Reich cayó y Adolf Hitler se suicidó en su búnker de Berlín. Pero no fue el único que decidió acabar con su vida. Con la caída del régimen nazi, miles de alemanes de a pie se ahorcaron, pegaron un tiro, envenenaron o ahogaron, siguiendo al Führer a la muerte. Muchas de estas muertes fueron provocadas por el terror ante el avance de las tropas soviéticas o por los sentimientos de culpa, pero, como sucede a menudo, la explicación no es tan sencilla.
Florian Huber explora con maestría el porqué de este terrible fenómeno. Alemania no ha sido el único país en perder una guerra, pero en ningún otro lugar
se respondió de manera tan cataclísmica. Otros países, como Japón, tenían una cultura del suicidio por honor, pero no así Alemania. ¿Qué llevó, pues, a familias enteras a acabar con sus vidas, incluso a matar a los niños y bebés?