La recuperación de las crónicas y reportajes que desde la España de la década de 1930 enviaba a la prensa neoyorquina la joven judía, mexicana y estadounidense Anita Brenner completa el perfil de una autora sorprendente de la Revolución Mexicana, con esta etapa española que pocos le suponían, y devuelve a la nómina de los corresponsales extranjeros en la España de la Segunda República y la Guerra Civil una de sus muestras más singulares y penetrantes. Traducidas por primera vez, con material de archivo, despachos originales y declaraciones inéditas de Azaña, Indalecio Prieto, Largo Caballero o Gil-Robles entre otros protagonistas. Las crónicas de una corresponsal que nunca quiso ser extranjera y a la que no interesaron las trincheras de la guerra sino las barricadas de la revolución española.
El testimonio del último testigo del Proyecto Manhattan, el plan secreto que inauguró la era atómica y la Guerra Fría.
En 1943 Roy J. Glauber tenía 18 años. Estudiaba simultáneamente la carrera de Física y cursos de doctorado en Harvard. Un día, un emisario del gobierno pidió entrevistarlo. Poco después, siguiendo escuetas instrucciones, Roy envió sus pertenencias a una misteriosa dirección postal y tomó un tren sin saber a dónde. Así llegó a Los Álamos, un laboratorio aislado y secreto en el que las mentes más brillantes de la época trabajaban en el Proyecto Manhattan. De la noche a la mañana, el joven Roy se codeaba con los principales referentes científicos para crear un arma que cambiaría el panorama bélico y político del siglo xx.
La fama es inalcanzable para la mayoría de los humanos, y ese muchacho de entonces desconocía que después la tendría por partida doble. En 2005 obtuvo el premio Nobel de Física por sus trabajos sobre la coherencia cuántica de la luz. Pero, además, Roy fue testigo de los hechos, conoció y sobrevivió a prácticamente todos los científicos vinculados a la creación y lanzamiento de las bombas atómicas; vivió de cerca el antes, el durante y el después de ellas. Desde el punto de vista histórico, Roy ocupó un puesto privilegiado: nadie más lo detentará. Por eso, si la vida le pone a uno en contacto con un hombre tan excepcional como él, y en circunstancias tan especiales como las aquí relatadas, tiene la obligación de contarlo.
Este libro narra el inicio de la era atómica a través de un verdadero protagonista; uno independiente, comprometido con la verdad. Los hechos rememorados por Roy permanecerán en la historia quizá por milenios. «Yo solo fui un observador… aunque uno muy bueno», nos dijo. Aquí queda su voz. La última voz.
En el año 1525 siete naves de la expedición Loaísa-Elcano zarpan desde La Coruña con la intención de comenzar la anhelada ruta de las especias, descubierta en la primera circunnavegación al planeta, pero en esa titánica misión una de las naves, la carabela San Lesmes, encalla en una isla perdida en la inmensidad del Pacífico. Sin posibilidades de regresar, la tripulación tendrá que abrirse camino en las paradisiacas playas de la Polinesia.
La posteridad de la Revolución Rusa en América Latina es abordada, la mayoría de las veces, a partir de las vicisitudes que vivieron los partidos comunistas. Sin embargo, las miradas que se ofrecen en este libro se multiplican más allá de ese núcleo irradiador. Analizar cien años después un hecho que transformó la fisonomía del mundo obliga a preguntarse por las dinámicas de cambio que encierra una sociedad, no solo hace un siglo, sino también hoy.
Imágenes rotas fue el tercer volumen que dedicó Simon Leys a la China maoísta, en 1976, año de la muerte del "Gran Timonel". Lejos de elaborar complejas teorías, Leys nos brinda un conjunto de testimonios individuales, confidencias espontáneas marcadas por el sabor amargo de la experiencia vivida bajo el régimen de la mentira desconcertante en los estertores de la "Revolución cultural".
Una apasionante novela sobre la increíble vida del pianista de Hitler que ayudó a crear el monstruo del nazismo para luego tratar de destruirlo.
Medía dos metros de altura pero lo apodaban Putzi, hombrecito en bávaro. Marchante de arte en el Nueva York bohemio de 1910, amante en aquella época de Djuna Barnes y músico en su tiempo libre, Ernst Hanfstaengl se convirtió diez años después en el confidente y pianista de Hitler. Su increíble exilio al perder el favor de éste lo llevó hasta el presidente Roosevelt, quien durante la IIGM lo convertiría en su principal informante sobre el Führer.
Putzi. El confidente de Hitler rescata a uno de los personajes más desconocidos y fascinantes del S.XX: para algunos fue un traidor o un bufón sin consecuencia, para otros, uno de los artesanos del mal. Pero su trágica y burlesca historia, envuelta en misterio, es la de un héroe de novela. La novela de un siglo de esplendor y desastre, en la que el lector se cruzará con Goebbels, Göring y las hermanas Mitford, pero también con Thomas Mann, Charles Chaplin o John Reed.