Con un enfoque doble, de historiador y de restaurador, con detalle pero también con la intención de llegar a todos los lectores interesados en el Renacimiento, Antonio Forcellino nos hace revivir el prodigioso proyecto de pintar la Capilla Sixtina, reconstruyendo las voluntades y las intenciones de sus artífices -los papas y los artistas- y la historia material, las técnicas y los estilos que reúne esta extraordinaria obra maestra.
Historia cronológica de la creación de la Capilla Sixtina, uno de los espacios pictóricos más famosos de la historia del arte. Desde su primera impulso, con el papa Sixto IV, para responder a la puesta en cuestión de su liderazgo planteada por Mohammed II, y posteriormente con Julio II, la Capilla Sixtina muestra cómo la política se aprovecha plenamente del potencial comunicativo y propagandístico del arte.
Si la decoración de la parte inferior de la Capilla Sixtina muestra la máxima expresión del dominio de los talleres toscanos durante el siglo XV; desde en 1505, es Miguel Ángel quien señala la evolución hacia la idea de genio creativo moderno, cuando la obra de arte comienza a ser reconocida como producto de puro ingenio.
Con un enfoque doble, de historiador y de restaurador, con detalle pero también con la intención de llegar a todos los lectores interesados en el Renacimiento, Antonio Forcellino nos hace revivir el prodigioso proyecto de pintar la Capilla Sixtina, reconstruyendo las voluntades y las intenciones de sus artífices -los papas y los artistas- y la historia material, las técnicas y los estilos que reúne esta extraordinaria obra maestra.
Una esclarecedora crónica que es a su vez una llamada a enfrentar los retos climáticos del presente y el futuro.
Hacia finales del siglo XVI, las temperaturas empezaron a caer, hasta tal punto que se helaron las aguas de algunos puertos mediterráneos y las aves se congelaban en pleno vuelo... Sobre el hielo del Támesis se organizaban animadas ferias.
A mediados del siglo siguiente, Europa se transformó: cosechas arruinadas, hambrunas, migraciones… El propio pensamiento occidental inició un proceso de cambio culminado con el surgimiento de la Ilustración, que combatió la concepción de esos fenómenos naturales como señales o castigos divinos.
El motín de la naturaleza presenta las consecuencias de una alteración repentina del clima a partir de testimonios de distinto cuño: los hay de personajes más o menos anónimos que documentaron los estragos que causaron aquellos largos y duros inviernos y aquellos veranos sin sol; pero también aparecen grandes pensadores y científicos, como Pierre Bayle, Voltaire, Montaigne o Kepler, que vieron sus obras e investigaciones transformadas por la Pequeña Edad de Hielo. Con todos ellos, Philipp Blom dibuja un fresco que acaba revelándose como una reflexión sobre los desafíos de la catástrofe que se avecina. Y es que, enfrentada hoy a nuevas, profundas y ominosas perturbaciones del clima, comparables en sus efectos a las padecidas en aquellos dos crudos y gélidos siglos, la sociedad actual debe centrarse otra vez en encontrar soluciones imaginativas y duraderas. Conocer la Pequeña Edad de Hielo de la mano de este ensayo excepcional nos permite intuir, cuatrocientos cincuenta años más tarde, que sin recurrir a la razón, la ciencia y la tecnología el panorama futuro puede acabar siendo un desastre irreversible.
¿Qué hacía reír a los romanos? ¿Cómo entendían la risa? ¿Era la Antigua Roma una sociedad donde se prodigaban las bromas y los chistes? ¿O era una cultura cuidadosamente regulada en la que los excesos incontenibles de la risa suponían una fuerza a la que temer con su mundo de complicidades, ingenio mordaz e ironía? ¿Qué papel jugaba la risa en el mundo de los tribunales de justicia, el palacio imperial o los espectáculos circenses? La conocida historiadora Mary Beard, Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales en 2016, analiza uno de los temas históricos más complejos: de qué y cómo se reían los antiguos romanos. Ha basado su investigación sobre una amplia variedad de escritos de la época, que van de ensayos sobre retórica a la primera antología de chistes, "Philogelos", algunos de los cuales ilustran su análisis a lo largo del libro. Aunque cada sociedad y tiempo tienen su propio sentido del humor, el libro de Mary Beard nos lleva a la conclusión de que el de los romanos no nos es ajeno. Se aprecia una cierta continuidad entre su sentido del humor y el nuestro, ya que los antiguos romanos tenían un concepto del chiste tal y como se entiende hoy en día en Europa. Es decir, que además del Derecho Romano, las lenguas latinas y todo lo que hemos heredado de la Antigua Roma, tenemos un elemento más que nos ha venido de los romanos, la idea de "chiste" moderno y, con éste, un peculiar y compartido sentido del humor.
En mayo de 1938, alrededor de 2.500 hombres se amontonaban en las brigadas del penal del fuerte de San Cristóbal (Navarra). Entre los reclusos había presos políticos y prisioneros de guerra que vivían en condiciones infrahumanas y bajo permanente amenaza de tortura o ejecución.
El domingo 22 de mayo de ese año, el calendario marcaba la fiesta de santa Rita, patrona de los imposibles, cuando 795 de ellos lograron escapar de la histórica fortaleza. Esta gran evasión republicana no fue una fuga improvisada y provocó un enorme impacto en las autoridades franquistas.
Ante la idea de que, en plena Guerra Civil, «un puñado de presos desnutridos y apaleados» tomara una de las prisiones más seguras de la España franquista, estas ordenaron una feroz cacería de los fugados en l a que participaron soldados, guardias civiles, carlistas, falangistas y civiles. Solo tres de ellos lograron llegar a Francia. 206 fueron asesinados, otros catorce fueron ejecutados posteriormente y los demás, reingresados en el propio fuerte de San Cristóbal, donde otros 46 fallecerían en los próximos años. Eran los héroes de una fuga histórica y sin precedentes que quedó silenciada.
El castillo de Kronborg, que inspiró a Shakespeare una de las obras cumbres de la literatura universal, es el punto de partida del singular viaje que nos invita a emprender este iluminador libro. A lo largo de sus páginas, la singular voz del narrador conducirá al lector por las sendas que unen pasado y presente de una tradición cultural en crisis, desmantelando así los falsos dogmas que la socavan. El resultado es un texto lúcido, heterogéneo e irreverente en el que temas tan dispares como la literatura de viajes, la lucha de clases, los contrastes entre las sociedades del norte y del sur de Europa, la historia del rock, el consumismo y el deterioro de los valores democráticos tienen cabida. Una obra extraordinaria que aúna literatura e historiografía para desentrañar las claves no sólo del pasado y el presente de Europa, sino también de su porvenir.
Existen innumerables obras de viajes por las tierras más exóticas. Pero ninguna donde la travesía se prolongue cuarenta años. Esta gesta, al alcance de muy pocos, ha marcado la existencia de uno de los aventureros más extraordinarios del siglo XX. Y también uno de los más generosos y entregados.
Quien se adentra en las páginas escritas por este pionero de los hielos del Ártico tendrá la extraña sensación de sumergirse en un mundo casi desaparecido. Pero como les sucedió a quienes leyeron estas crónicas en los años cincuenta y sesenta, viajarán con su imaginación por las tierras que se extienden desde las regiones akulurakeñas hasta la desembocadura del Yukón.
La vida se hace aquí literatura y la literatura cobra vida. Los azarosos viajes en trineo se entremezclan con las crónicas de la vida en la tundra implacable. Los retratos de personajes singulares y llenos de humanidad, casi primitiva, se interrumpen con las reivindicaciones políticas en el Congreso de Alaska en favor de unas mejores condiciones de vida. Y todo ello salpicado de interesantes reflexiones sobre los valores y motivaciones que hacen a los hombres hermanos de camino en cualquiera de los puntos cardinales.