Contemporáneo de Schliemann, Burne-Jones y la reina Victoria, Samuel Butler participó en algunas de las más notorias controversias de una época y un país particularmente fecundos en polémicas intelectuales y descubrimientos decisivos. Con curiosidad y entusiasmo de amateur, aunque amparado por una infatigable dedicación al estudio, Butler ejerció de escritor, pintor, naturalista, compositor y filólogo. Celebradas por Borges, sus versiones de los poemas de Homero han sido leídas durante generaciones, pero el traductor fue más allá para defender que el segundo de ellos, la Odisea, era obra de una mujer, la Autora, una princesa siciliana de Trapani, en la costa occidental de la isla que habría elaborado bajo el signo de su predecesor el espléndido poema del regreso de Ulises, deslizando algo de su circunstancia en los rasgos del personaje de Nausícaa. Altamente especulativa, la sorprendente inquisición de Butler no dejó de producir una obra deliciosa y llena de encanto, con la que el osado intérprete se propuso discernir, aplicando un common sense que en la mejor tradición británica declaraba una guerra abierta al academicismo, «dónde y cuándo» escribió la muchacha porque a su juicio era una joven, «cabezota y soltera»semejante prodigio, «quién fue, cómo se sirvió de la Ilíada y cómo el poema creció entre sus manos».
Partiendo del antiguo pensamiento chino, analizaremos las formulaciones de Platón y Aristóteles y su influencia en el pensamiento medieval, y exploraremos el territorio que media entre la filosofía y la religión. Nos sumergiremos en las aportaciones de Descartes, Schopenhauer, Bacon, Marx, Locke, Hegel, etc., que constituyen la raíz de nuestros paradigmas actuales, y conoceremos asimismo el efecto del desarrollo filosófico contemporáneo sobre los fundamentos del conocimiento científico, el lenguaje y la economía.
En La brevedad de la vida, Séneca (4 a. C. – 65 d. C.) toca un tema de sorprendente actualidad: la sensación de pérdida de tiempo.
Tenemos la falsa percepción de que la vida es corta porque está determinada por nuestra forma de vivir, llena de vicios y ocupaciones superfluas. La dedicación a la sabiduría es, para Séneca, la única manera de vivir con provecho.
Mediante su pluma concisa y sus frases afiladas, el filósofo clásico atraviesa los siglos con una sabiduría sin caducidad y nos invita a reevaluar el uso que hacemos del tiempo, este bien tan escaso, así como a cuestionar nuestro estilo de vida marcado por el ajetreo, la dispersión y la vanidad.
«No hay razón para que pienses que ha vivido mucho quien muestra canas y arrugas: no ha vivido mucho, sino que ha existido mucho.»
Una reflexión filosófica sobre dos artes en peligro de extinción.
La caza y la tauromaquia nunca habían estado tan amenazadas en España como en nuestros días. La nueva sensibilidad animalista, incapaz de entender ni tolerar cualquier actividad que implique la muerte de un animal, ha puesto en la diana de sus ataques estas dos tradiciones de arraigo milenario, y algunas administraciones ya han prohibido o estudian prohibir las corridas de toros. La nueva legislación, aduciendo una protección del bienestar animal, también ha comenzado a perseguir las actividades cinegéticas y el circo.
Alcanzar a conocer y a comprender es un proceso bastante más complejo que el de alcanzar a juzgar; en especial si para juzgar algo o a alguien partimos no de lo que podemos llegar a conocer sino de lo que podemos llegar a sentir, es decir, de nuestros más altos o bajos sentimientos. Viene esto a cuenta o a cuento, cómo no, de este libro que lleva por título La caza y los toros y que no es tanto un defensa de la caza y de los toros sino una reconsideración histórica, una meditación de lo que la caza y los toros han representado en la vida española durante cientos de años y aun milenios. Libro este muy ameno, sugerente y comprensivo por el que muchos ciudadanos (como yo mismo, pacíficos e incluso mansos), sentimos gran afición (pese a no haber ido nunca a los toros ni practicado jamás la caza, excepto de erratas) aunque en nuestro bárbaro tiempo haya devenido todo esto en asunto polémico, casi peligroso. Nuestra edición cuenta con un resiliente y atinado prólogo de Víctor J. Vázquez, que no solo sabe de Ortega y Gasset sino también, cosa bastante más rara, de toros. A.L.
Pasear por la ciudad será diferente a partir de ahora.
La ciudad infinita es una mirada nueva al arte del paseo y también un ensayo lírico sobre urbanismo. La semilla de este libro fueron las 21 excursiones literarias, o «expediciones asfálticas», que Sergio C. Fanjul emprendió durante el verano en que ejerció de algo así como Paseador Oficial de la Villa de Madrid. Tras regarlas y abonarlas, se han convertido en una frondosa andadura donde conviven, con humor y vehemencia, apuntes sobre la misión del peatón en una época hostil a la urbanidad, la búsqueda de episodios históricos que nos reconcilien con el trazado de las calles e incluso una reivindicación de la convivencia y del ser social. Sin duda, este es un libro para aventureros de a pie, firmado por uno de los escritores más sorprendentes de la nueva literatura en español.