La formulación dialéctica negativa atenta contra la tradición. Ya en Platón, la dialéctica quiere obtener algo positivo mediante el instrumento intelectual de la negación. más tarde, la figura de una negación de la negación designó esto lacónicamente. Este libro querría liberar a la dialéctica de semejante esencia afirmativa, sin disminuir en nada la determinidad. Devanar su paradójico título es una de sus miras. Nueva traducción de una de las referencias absolutas en la producción de Adorno, que en la presente edición está acompañada por La jerga de la autenticidad, según la concepción original del propio autor
"¿Qué está en juego en la literatura? ¿Cuál es el fuego que el relato ha perdido y que busca recobrar a toda costa? ¿Y qué es la piedra filosofal que los escritores, con el empecinamiento de los alquimistas, se esfuerzan en producir en el horno de las palabras? ¿Qué resiste, en todo acto de creación, a la creación misma, y de esa forma confiere a la obra su fuerza y su gracia?
Agamben recoge en diez ensayos los motivos más urgentes y actuales de su investigación.
Esta obra comprende quince ensayos de Karl Löwith publicados entre 1932 y 1970 en los que el filósofo alemán va desgranando su postura respecto a los núcleos esenciales de la filosofía de nuestro siglo. Inmerso en su época, logró, sin embargo, la distancia necesaria para cuestionar sus fundamentos: el nihilismo, el historicismo y el decisionismo.
Se ha dicho con razón que Arthur Schopenhauer fue autor de un solo libro: El mundo como voluntad y representación. En este libro único, del que todas sus restantes obras son prolegómenos, ampliaciones o desarrollos, se expone además un único pensamiento: que «el mundo es el autoconocimiento de la voluntad». La presente traducción ofrece el primer volumen según la versión definitiva de la tercera edición alemana, comprendiendo sus cuatro Libros y el Apéndice sobre la filosofía kantiana.
Pese al fracaso editorial que había supuesto la primera edición de El mundo como voluntad y representación, Schopenhauer consiguió que en 1844 saliera a la luz una segunda edición, aumentada por un segundo volumen de mayor extensión que el primero y en el que incluyó los complementos a los cuatro libros que componían la obra original. Calificadas por él mismo como «lo mejor que he escrito», sus páginas son fruto de veinticinco años de trabajo dedicados a reelaborar, ampliar y profundizar en las tesis vertidas en el primer volumen. Lejos de ser un aditamento postizo, los Complementos del Schopenhauer maduro son a la obra de juventud «lo que el cuadro pintado al simple boceto», y su lectura resulta indispensable para captar en toda su significación el contenido de aquélla y comprender en profundidad la filosofía de Schopenhauer. En esta edición se incluyen los índices de materias y nombres de los dos volúmenes de la obra, reforzando así la perfecta unidad de este libro único.