Arrastrados por los acontecimientos, movidos por el acicate de la curiosidad u obligados por la exigencia profesional, han sido muchos los hombres de letras -periodistas y escritores- que a lo largo de los dos últimos siglos se han acercado a ese centro imaginario del horror -del horror absoluto- que supone toda guerra. La presencia de escritores y periodistas en los campos de batalla acompañando a los ejércitos viene siendo habitual desde que la prensa se consolidase como vehículo de comunicación masiva allá a principios del siglo XIX. Vivir la guerra -desde una periferia más o menos alejada o desde el centro mismo del combate- se convierte en el paso previo para poder contarla y explicarla, acercándola así a un gran público interesado por unos acontecimientos cargados siempre de emoción humana y cuya interpretación responde muy a menudo a evidentes intereses ideológicos. Los diferentes autores que colaboran en este volumen describen, analizan y estudian con detalle la experiencia de un amplio conjunto de escritores y cronistas que tras vivir la guerra en primera persona se ocuparon de dar testimonio de lo acontecido a sus lectores. A la descripción de los numerosos casos particulares, estudiados con detalle, se le suma el cuidadoso análisis de las implicaciones políticas e ideológicas que plantea, desde siempre, la representación de la guerra. Así pues, el volumen ofrece nuevas perspectivas a todos aquellos que se preocupan por la literatura y el periodismo -y por sus interrelaciones-, pero también, y muy especialmente, a quienes trabajan en el campo de la comunicación social.
Su personal sensibilidad, su falta de prejuicios y su formación anarquista lo predisponen a algo insólito en aquel momento: entender el sufrimiento de aquellos alemanes dos años después de la derrota. Stig Dagerman, el joven escritor de las letras suecas, emprende, en el otoño de 1946, un viaje por la Alemania destruida, la Alemania en ruinas, como corresponsal del periódico sueco Expresen. Su personal sensibilidad, su falta de prejuicios y su formación anarquista lo predisponen a algo insólito en aquel momento: entender el sufrimiento de aquellos alemanes dos años después de la derrota. Dagerman es capaz de discutir el cinismo del comportamiento de los aliados, con políticas más prontas a favorecer la pervivencia del nazismo que su rechazo.
Los escritores españoles han sentido una poderosa atracción por la capital de Francia, han vivido en ella y la han descrito repetidas veces.Muchos de ellos aparecen en la antología que ha realizado José Esteban como homenaje a un destino que ha despertado tanta inspiración literaria.
Desde hace mucho tiempo, la historia de la literatura se asienta sobre dos graves supersticiones: la de la autoría y la de la materialidad de la obra. El desafío borgiano a estos prejuicios nos permite descubriruna genuina obra subterránea perdida en sus propios textos: la Eneida.Sin temor a exagerar, este texto oculto va más allá de la mera lectura o del vago recuerdo, pues explicay justifica la poética borgiana. Se trata de la obra que Borges quiso volver a escribir, como si él mismofuera el Menard de su ficción.
Evodio Escalante, reconocido crítico literario e investigador de la literatura mexicana, presenta seis ensayos en los que se develan los símbolos literarios de José Revueltas y sus fuentes más trascendentes. En esta cuarta edición de José Revueltas: una literatura "del lado moridor" se presenta por primera vez el sexto ensayo titulado: "El tema filosófico del Mundo Invertido en las novelas de José Revueltas".
Un clásico sobre la constante transformación del hombre ante la sociedad de la imagen.Nos encontramos en plena revolución multimedia. El homo sapiens, producto de la cultura escrita, se está transformando en un homo videns para el cual la palabra ha sido destronada por la imagen. Y en todo ello la televisión cumple un papel determinante. La primacía de lo visible sobre lo inteligible lleva a un ver sin entender que ha acabado con el pensamiento abstracto, con las ideas claras y distintas.