Ver como
Ordenar por
Mostrar por página
Imagen de HISTORIA DE LAS BANDAS SONORAS
2,750

HISTORIA DE LAS BANDAS SONORAS

En el imaginario del cine, la banda sonora a menudo había sido considerada un arte mayúsculo, pero secundario. Hoy, en cambio, es un género musical que levanta pasiones. No obstante, su historia sigue siendo muy poco conocida. * Desde las películas de la edad de oro de Hollywood hasta el cine más premiado o el más innovador de nuestros días, compositores como Bernard Herrmann, John Barry, Henry Mancini, Ennio Morricone, Alberto Iglesias, Alexandre Desplat o Jonny Greenwood han sabido entender a Hitchcock, Fellini, Godard, Almodóvar, Tarantino o Jane Campion y ofrecerles la banda sonora de sus sueños. Apoyada en algunos documentos gráficos de sus películas, esta es la historia de una música que nos encanta. "A menudo uso las mismas armonías que la música pop porque la complejidad de lo que hago está en otra parte. La música necesita una sala para respirar".
2,750
Imagen de CHAIKOVSKI. VIDA
2,750

CHAIKOVSKI. VIDA

Chaikovski es, sin duda, uno de los compositores más queridos por los aficionados a la música en todo el mundo, una popularidad que, sin embargo, suele ir acompañada de un difuso conocimiento de su vida, sustentado en lugares comunes y clichés, cuando no en un cierto recelo por parte de ciertos sectores de la crítica, que han acabado por transmitir una imagen distorsionada de su figura. El presente libro viene a poner las cosas en su sitio. De la mano de un meticuloso análisis de la vasta correspondencia del compositor, así como de numerosos documentos de archivos rusos y de otros países, y de un profundo conocimiento de la Rusia de la época, Alexander Poznansky ofrece en esta exhaustiva biografía el más completo retrato realizado hasta la fecha del gran compositor ruso, con un tono objetivo y alejado de cualquier atisbo de loas, sensacionalismo o sesgo ideológico. En sus capítulos se recrean con detalle la época, el entorno y las relaciones personales del compositor, así como su trayectoria creativa, prestando especial atención a hechos de la vida poco conocidos o frecuentemente malinterpretados, como los años en la Escuela de Jurisprudencia, la catastrófica historia de su matrimonio, su homosexualidad, la singular relación con su mecenas Nadezhda F. von Meck o las circunstancias de su prematura muerte.
2,750
Imagen de CIUDAD COLONIAL. SANTO DOMINGO (TD)
2,700

CIUDAD COLONIAL. SANTO DOMINGO (TD)

Aunque Santo Domingo es la ciudad más grande del Caribe, su esencia vital aún late en su centro histórico: la Zona Colo­nial. Llegando desde el este, vislumbras sus murallas en la orilla opuesta del río Ozama, levantadas entre la ribera y el mar agitado. Desde hace más de 500 años, a través de esta antigua colonia europea en América, la historia no ha dejado de soplar - suavemente como los vientos alisios, o con la furia de un huracán. A diferencia de las zonas de patrimonio histórico de otros países, que suelen verse como zonas-mu-seos, la Zona Colonial está en permanente cambio. Seas dominicano o viajero, siempre la descubres por vez primera. Pero paradó­jicamente, tan pronto paseas por sus calles estrechas, sientes que has vivido toda la vida en este lugar. Que desde hace déca­das pasas por delante de estas fachadas derruidas con su azul vuelto gris y su ocre desteñido en blanco. Que las fachadas han sido agrietadas y manchadas por siglos de soles llameantes y lluvias torrenciales; que heléchos tenaces brotan de las grietas en los muros medio en ruinas. Aquí y allá, un balcón de hierro forjado cuelga tan torcido como los borrachos que deambulan abajo en la calle. Colmados que caben en un bol­sillo se esparcen entre sinuosos callejones: sus mostradores de madera como bares improvisados, donde los vecinos hacen cuentos bajo la estridencia de las melodías caribeñas. Prosiguiendo el paseo, llegas a tranquilas plazas arboladas, para luego atravesar iglesias góticas y renacentistas, o nobles casas hechas de piedra coralina. Una Roma tropical te rodea, cargada de buganvillas y enredaderas de flores de trompeta. Te maravillarás ante los arcos, las columnas, las naves abovedadas, los palacios; pero también disfrutarás de los hogares mas modestos, con sus alegres colores y sus chucherías de plástico, clara­mente visibles desde la acera. Si te detienes ante una ventana abierta, alguien te invitará a entrar. ¡Hola! ¿Qué hay? ¡Cuánto tiempo! ¿Está visitando de nuevo? ¿O es que nunca se fue? Hoyt Rogers, Traducido por Frank Báez
2,700