Una historia sobre el ingenio y la corrupción urbanística.
Mi nombre es Bern, diminutivo de Bernardo. Tengo cuatro patas, ojos oscuros, pelo abundante con manchas blancas y marrones por el lomo. Peso…, peso mucho, pero eso ahora no importa. Lo importante es que tengo un buen cerebro. Soy el único que piensa en la casa de locos en la que vivo. No sé qué harían en esta familia sin mí. Siempre los saco de los líos en los que se meten. Por eso quiero ser yo el que cuente lo que pasó cuando la señora Moon se presentó con un trozo de fantasma…
Garance, una chica que crece a la sombra de su controladora madre, es una joven de una belleza sobrenatural, pero también es una chica como cualquier otra, con los mismos deseos y ambiciones. Por eso, cuando el grupo popular de la escuela se fija en ella y la invita a una de sus fiestas, no se cuestionará lo fácilmente que encaja entre ellos, ni la popularidad que empieza a ganar en redes sociales. Tampoco le importará demasiado las concesiones que se ve obligada a hacer para formar parte de ese grupo, porque, gracias a esos pequeños sacrificios, ella, finalmente, pertenece a la manada.
Pero, poco a poco, Garance verá que esta nueva vida llena de filtros, stories y solicitudes de amistad se escapa de su control y se ve inmersa en una espiral de mensajes privados, videos y ciberacoso que no puede controlar, hasta descubrir que, quizá, aquella primera invitación no fue tan inocente como le pareció al principio...
Los Gamers Piratas reciben una invitación del famoso estudio de videojuegos Raider Arts para asistir juntos a uno de los eventos gamers más importantes y misteriosos del mundo: el Campamento Gametuber, que se celebra en la legendaria Isla Laurisilva. Allí, Pegaso y Delta competirán con los mejores jugadores por el título de King Gamer y se enfrentarán a seis desafíos gamers imposibles, una isla mágica y la oscura influencia de una organización secreta llamada La Hermandad... Eso sí, ¡con la ayuda de nuevos amigos y rivales!