Si apeláramos ambos a un juicio imparcial de las naciones cultas, y preguntáramos cuál es el verdadero pirata, entre el General Luperón que montaba el vapor Telégrafo, procuraba salvar la integridad territorial del suelo que lo vio nacer, o el Presidente Grant, que envía sus vapores a ampararse de Samaná, sin previa autorización del Congreso Americano, la solución no sería a mi ver muy difícil. Señor Presidente: S. E. ha abusado de la fuerza para proteger la más baja corrupción. Y si es cierto que es humillante para el pueblo dominicano tener mandatarios tan traidores, no es menos indecoroso para el gran pueblo americano el que su Gobierno consienta en tan ruines achicamientos. Para ambas naciones el hecho es afrentoso. Gregorio Luperón (Carta al Presidente Ulysses S. Grant de los Estados Unidos).
Dos grandes enemigos están de continuo a sus puertas: la oligarquía, por la cual el pequeño número domina al mayor, y la anarquía, en que cada individuo celoso de su independencia, se opone al voto general. Rodeados e estos riesgos, ¿cuáles son sus medios de defensa? No tiene otros que su régimen interior, y quien no podrá salvarlos, sino en tanto que imponga constantemente al cuerpo entero la necesidad de la moderación de la reflexión y de la perseverancia. José Núñez de Cáceres
Pena de la vida para el que volviere la cara atrás; pena de la vida para el tambor que tocare retirada; y pena de la vida al oficial que lo mandare, aunque sea yo mismo. Juan Sánchez Ramírez