Xiomara Batista se siente ignorada e incapaz de ocultarse en Harlem. Desde que su cuerpo se volvió curvilíneo, aprendió a dejar que sus puños y su rudeza hablaran por ella. Pero X tiene mucho para decir, por eso descarga su frustración en las páginas de un cuaderno y recita las palabras para sí misma como si fueran plegarias, especialmente después de verse invadida por fuertes sentimientos hacia un chico de la clase de Biología. Ante la determinación de «mami» de forzarla a obedecer las leyes de la iglesia, X comprende que es mejor guardarse sus pensamientos. Cuando la invitan a unirse al club de poesía slam de su escuela, sabe que no podrá hacerlo y mucho menos decir sus palabras en voz alta, a no ser que logre evadir las reglas de mami. Pero aun así no puede dejar de pensar en interpretar sus poemas frente a un público. En alzar su voz. Porque, a pesar de que el mundo no quiera escucharla, Xiomara se niega a permanecer en silencio.
¿Y si te diesen un mapa para descubrir quién eres?
¿Seguirías la ruta marcada hasta el final?
Imagina que estás destinada a salvar a tu hermana, pero al final ella muere y la razón de tu existencia se desvanece. Eso es lo que le ocurre a Grace Peterson, la chica que siempre se ha sentido invisible, la que nunca ha salido de Nebraska, la que colecciona palabras y ve pasar los días refugiada en la monotonía. Hasta que llega a sus manos el juego de El mapa de los anhelos y, siguiendo las instrucciones, lo primero que debe hacer es encontrar a alguien llamado Will Tucker, del que nunca ha oído hablar y que está a punto de embarcarse con ella en un viaje directo al corazón, lleno de vulnerabilidades y sueños olvidados, anhelos y afectos inesperados. Pero ¿es posible avanzar cuando los secretos comienzan a pesar demasiado? ¿Quién es quién en esta historia?
Una nueva comedia romántica situada en la NASA en la que una científica se ve obligada a trabajar en un proyecto junto a su archienemigo... con resultados explosivos.
Bee Königswasser se rige siempre por un código muy sencillo: ¿qué haría Marie Curie? Si la NASA le ofreciera liderar un proyecto de neuroingeniería, un sueño hecho realidad después de pasarse años malviviendo con las migajas del mundo académico, Marie aceptaría sin dudarlo. Obvio. Pero la madre de la física moderna nunca tuvo que codirigir ningún proyecto con Levi Ward.
A ver, Levi no está nada mal: es alto, moreno y tiene una mirada de lo más penetrante. Pero Levi dejó muy claros sus sentimientos por Bee en la universidad: es mejor que dos enemigos trabajen cada uno en su propia galaxia muy muy lejana.
De pronto, Bee se encuentra con que su material ha desaparecido, el personal pasa de ella y su maltrecha carrera profesional pende de un hilo. Puede que su lóbulo occipital esté jugándole una mala pasada, pero juraría que Levi empieza a convertirse en su aliado, apoyando sus decisiones, secundando sus ideas... devorándola con esa mirada suya. Y las diferentes posibilidades traen a sus neuronas de cabeza.
Sin embargo, cuando llega el momento de jugársela y arriesgar el corazón, solo hay una pregunta que importe: ¿Qué hará Bee Königswasser?