Puedes contar con Dios enseña a los niños que lo puedes hacer porque él nunca los dejará y los amará incondicionalmente. Cada una de las 100 entradas
incluye un reconfortante versículo bíblico y un breve devocional que muestra un ejemplo de la fidelidad de Dios
presenta el mensaje de que Dios es digno de confianza de una manera que los niños, de 6 a 10 años, puedan entender
les asegura a los niños que Dios puede ayudarlos con sus desafíos, tristezas y preguntas
ofrece una sección para pensar con un punto clave, una pregunta de reflexión o una oración para guiar a los niños a comprender y aplicar la verdad bíblica
es perfecta para que las familias lean juntas o para que los lectores mayores disfruten solos
En este cautivador libro que da seguimiento al devocional para niños ¡Cuán grande es nuestro Dios!, el fundador del movimiento Passion Louie Giglio nos ofrece más hechos científicos fascinantes y verdades bíblicas que fomentan la fe sobre la maravilla de la creación de Dios.
En La maravilla de la creación, los niños encontrarán un nuevo deleite en la creatividad de Dios con 100 devocionales que exploran:
Animales: desde pájaros guías de miel, hasta serpientes voladoras y rinocerontes blancos
Espacio: desde agujeros negros hasta lunas volcánicas y estallidos de rayos gamma
Personas: desde ilusiones ópticas, hasta congelamiento cerebral y nuestro sistema inmunológico (incluyendo gérmenes, virus y vacunas)
Tierra: desde ríos arcoíris y lava azul, hasta glaciares flotantes
¡Y mucho, mucho más!
Una serie delirantemente divertida. Únete a las aventuras de la comunidad de vecinos más loca y chismosa que puedas imaginar. Porque todo es mejor cuando estamos... Juntos y revueltos.
Una historia de amor y odio con todas las de la ley.
¿Qué secretos guarda Susana Márquez, la querida madre soltera del 2º, y quién será el afortunado al que se los revelará por fin? No existe mayor misterio que ese en el número 13 de la calle Julio Cortázar, y ninguno de sus vecinos podría haber imaginado el perfil del hombre con el que el destino la obliga a convivir bajo el mismo techo: el prejuicioso y santurrón jefe de estudios de su hijo.
A priori, nadie diría que Susana y Elliot tengan nada en común salvo la atracción que sienten y el desprecio que se profesan mutuamente, pero una noche alocada y un accidente doméstico desembocarán en el inesperado favor que fomentará su intimidad... y la curiosidad de los vecinos.
Para que luego digan que Dios no castiga dos veces.