¡HE PERDIDO MIS GEMAS VERDES!
BUENO…, ¡ME LAS HAN ROBADO!
De mis cien gemas verdes mágicas que me permiten viajar entre mundos, ¡solo me queda una! Sin ellas perdere mis poderes para siempre y no podre volver a casa.
Sin embargo, he descubierto que las noventa y nueve gemas que me faltan se encuentran
en una mansión.
EL ENCIERRO
Rhawsin, la cárcel de la que nadie sale con vida, también llamada la Pesadilla de Dybria, es el nuevo hogar de Alessa. Traicionada por las reinas, separada de Derek y de sus amigos, y obligada a luchar cada día por su supervivencia, su única esperanza yace en la fuga. Pero ¿cuántas veces podrá desafiar al destino antes de que todo acabe en tragedia?
LOS SUEÑOS
El único refugio de Alessa son los sueños, en los que las palabras «Que la magia de Dybria nos acompañe» se repiten como un eco. ¿Qué significan? ¿Y quién es la misteriosa mujer que las dice? Quizá la misión de Alessa en Dybria aún no haya acabado y su papel en esta lucha sea mucho más complejo de lo que nunca hubiese imaginado.
EL DESTINO
Pero su destino está ligado al de Derek y Alessa también llegará hasta él, aunque para conseguirlo deba reclutar a todas las criaturas mágicas de Dybria y enfrentarse a los ejércitos de la Corte. Pero, cuando se reencuentren, ¿será el Derek que conocía? Si es que alguna vez llegó a conocerlo de verdad.
¿Quién no ha soñado alguna vez con despertarse dentro de su libro favorito?
Eso es precisamente lo que le ha pasado a Laura, que ahora es Lavinia Labbey, una prima sin dote de Kitty Remmington. Para Laura, acompañar a Kitty, la sosa aspirante a diamante de la temporada y protagonista de la novela, y revivir los escenarios llenos de magia que ha leído mil veces (y, de paso, conocer al duque de Albans, más guapo aún de lo que siempre se había imaginado) es un sueño hecho realidad.
Pero el sueño pronto se convierte en pesadilla cuando Laura se da cuenta de que, si altera la historia, despierta en el capítulo uno. Además, alguien intenta asesinar a la boba de Kitty, lo que no ocurría en la novela...
«Quien no respeta la historia está condenado a repetirla»