Si no estuviera ya muerta, Delphie se moriría de vergüenza. Ha llegado al más allá vestida con el típico pijama raído que una preferiría que nadie viera y se ha topado cara a cara con el hombre más guapo que ha visto nunca. Y él le está sonriendo.
Cuando ambos empiezan a hablar, todo lo demás pasa a un segundo plano... hasta que alguien aparece a toda prisa, les grita que ha habido un error y manda al atractivo desconocido de vuelta a la tierra.
En un giro de los acontecimientos, a Delphie le proponen un trato para volver a su vida anterior y reencontrase con el misterioso hombre que, según ella, es su alma gemela.
¿El problema? Solo dispone de diez días para dar con él.
Diez días para conseguir que se enamore de ella.
Ah, y además él no recuerda haberla conocido...
Noah Slade es la próxima leyenda de la Formula 1.
Siempre concentrado. Distante. Despiadado en la pista.
Un hombre tan inalcanzable como la luna.
Y mi hermano es su nuevo compañero de escudería.
Quiero más de este príncipe que pretende ser un villano.
¿Mi único problema? Está terminantemente prohibido que me enamore de él.
La vida no es justa, y eso Logan lo sabe muy bien. Después de una dolorosa pérdida, su corazón se ha vuelto hermético, frío e inquebrantable. Por eso no le importa que todos crean que es el malo de la historia.
Leah nunca se ha sentido la protagonista de la suya. Vive con la cabeza enterrada en los libros, intentando pasar desapercibida, y se refugia en la gran comunidad de lectores que tiene en internet.
Leah no es el tipo de chica que Logan está buscando.
Y Logan es la clase de chico que Leah trata de evitar.
Quizá por eso lo que hay entre ellos funciona tan bien.