Tras descubrir que ha sido profetizada para salvar el reino, el deber de Aya debería estar claro: volver a su patria con Will, su antiguo enemigo, para servir a su reina en la guerra que se avecina.
Sin embargo, con la traición acechando, Aya y Will se ven obligados a mentir, manipular y ocultar sus sentimientos mientras luchan por descubrir la verdad antes de que la oscuridad los destruya a todos.
Y con los secretos y engaños que persiguen a Aya allá donde va, la joven no puede sino preguntarse si es la intención de los dioses que salve el reino... o si su destino no será, por el contrario, verlo arder.
Cuando Novalee pierde a su madre, no solo tiene que lidiar con el duelo, sino que se ve obligada a mudarse al otro lado del país a vivir con su padre, una superestrella de Hollywood que nunca se ha dignado a reconocer su existencia.
Lejos de todo lo que conoce y con una nueva familia a la que no soporta, llega la gota que colma el vaso: un guardaespaldas pegado a su trasero veinticuatro horas al día.
Ramona se enamoró de Sam a primera vista. Es una de las pocas constantes en su vida, y su amistad es demasiado importante como para arriesgarla por un beso.
Sam está enamorado de Ramona, pero nunca esperaría que sus sentimientos fuesen correspondidos. Aun así, son el complemento perfecto del otro, como amigos y como grupo musical.
Y entonces aparece Tom.
Tom tambien es músico, y es la pieza que faltaba en su banda. Pronto se convierten en un trío inquebrantable. Pero Ramona se está enamorando de Tom, y sigue sintiendo algo por Sam. ¿Cómo podrá ser fiel a sí misma sin perder las relaciones que hacen que su corazón cante?