Cada vez que entra en el ascensor, a Sofía le sube la temperatura. Y no es porque haya pillado un virus en el hospital en el que trabaja como residente, sino por el efecto que Marcos, con su sonrisa de medio lado, sus bíceps y sus hoyuelos, tiene sobre ella.
Y es que, para Marcos, desde que coincidió con aquella chica guapísima del uniforme al revés, subir en el ascensor se ha convertido en su pasatiempo favorito. Cuando comparte ese pequeño espacio con ella solo puede pensar en lo mucho que desea acercarse. Pero… ¿está dispuesto a volver abrir su corazón?
Una residente de medicina y un técnico en enfermería…
Los viajes en ascensor nunca habían sido tan apasionantes.
Tras el fin de la era de los perfectos, la sociedad está sumida en un renacimiento completo... en el que la popularidad manda. Ser famoso implica tener mejor casa, mejor ropa e incluso mejores amigos. En cambio, no serlo te convierte en invisible, en un perdedor, en un completo desconocido.
En definitiva, en un extra. Aya Fuse lo es. Pero a sus quince años hay algo que tiene ya muy claro: por nada del mundo piensa resignarse al anonimato. Y, como Tally unos años atrás, Aya está dispuesta a todo para hacer realidad sus sueños...
Ya hace mucho tiempo que Tally dejó de ser una imperfecta rebelde e indisciplinada. Por aquel entonces, ella aún creía que los especiales no eran más que un rumor siniestro y aterrador: de ellos se decía que eran veloces, atractivos y crueles como nadie. Irónicamente, el destino la ha llevado a convertirse en especial, y, tras someterse a la más sofisticada de las operaciones quirúrgicas, ha recibido una misión: acabar con la resistencia...