¿Es más importante que una niña sea bonita o inteligente?
Durante la mayor parte de sus 17 años de vida, Pamela Montes ha sido una recha. Una ávida interesada en la ciencia y la cultura, Pamela empieza a sentirse como un fantasma social, visible sólo para su pequeña familia e invisible para los demás. Cuando sus padres le anuncian que se mudarán de ciudad, ella decide que es una oportunidad ideal para hacerse una transformador extrema. Su meta es saber qué se siente se guapa, amada y "popular" en su nueva escuela.
¡CONOCE LA VERSIÓN DE ESTA HISTORIA CONTADA POR LAS CRIATURAS SUBMARINAS! En esta parlanchina aventura acuática, acompaña a Dory y a sus otros chiflados amigos en una misión para encontrar a su familia. Habrá risas (y no sólo las del pez payaso); habrá lágrimas (principalmente de una almeja desconsolada); y, lo más importante, habrá mucha familia.
¡Dominicanos! ¡Vosotros tenéis tierra, pero ya no tenéis Patria! Triunfaron aquí las groserías del atavismo que, desde antes de nacer, pregonaron por el mundo la subasta de vuestra desmedrada independencia. Vuestra historia es un amasijo de ignominias. Vuestra bandera, un trapo. Como un día Madrid, y como antes los grotescos "libertadores" de Occidente, aquí manda hoy Washington. Eugenio Deschamps
Entro por Haití porque no puedo hacerlo por otra parte; pero si alguien pretendiese mancillar mi nombre por eso, decidle que yo soy la Bandera Nacional. Francisco del Rosario Sánchez
Los caracteres del Imperialismo Norteamericano son los siguientes: tiene por objeto el sometimiento de Estados cuya independencia y soberanía ha reconocido y tiene el deber perfecto e imperativo de respetas (Labra, Waleffe); es una avaricia ciega por mercados, por minas, por la explotación y monopolio de todos los recursos naturales de todos los países débiles, por todo lo que produzca el oro, metal del que son insaciables; su forma es la penetración pacífica, prestando dinero, comprando tierras, fomentando empresas y revoluciones, creando la animosidad entre los demás Estados e impidiendo celosamente su federación. Américo Lugo
Dulce esperanza de los hombres sensatos, delicias agradables de la patria, apoyo futuro de su gloria, tú amable juventud, pródiga de sutileza de espíritu admirable, depósito de agradables alegrías, tú que vas a saborear copiosamente de ese don inestimable, exento de distinciones odiosas que el error inventa por accidentes efímeros, que el egoísmo sostiene y que la filantropía condena, entra con alegría en el augusto templo de Minerva que se abre ahora para recibirte: aprende en filosofía a razonar con juicio, a buscar naturaleza. Andrés López de Medrano