Pena de la vida para el que volviere la cara atrás; pena de la vida para el tambor que tocare retirada; y pena de la vida al oficial que lo mandare, aunque sea yo mismo. Juan Sánchez Ramírez
Mucho conozco al pueblo dominicano. Abandonado siempre a sus propias fuerzas, ha luchado siempre por su libertad, y siempre sus esfuerzos se han visto coronados por el éxito deseado. Puede por un momento ser dominado por los extraños, porque la sorpresa del acto que cambie su condición política, le embargue los medios de resistencia y acción; más pesado ese primer momento de estupor, se levantará como un solo hombre, obedeciendo a un solo pensamiento, para oponerse a quien pretenda arrebatarle su libertad, su independencia. Tomás Bobadilla
Yo mis cantares lancé a los vientos, yo di a las brisas mi inspiración; tu amor grandeza dio a mis acentos: fine fueron tuyos mis pensamientos en esos himnos del corazón. Salomé Ureña «a mi madre».
Anochece y los Hollins, completamente perdidos, deciden acampar en pleno bosque sin sospechar nada. Ni siquiera desconfían cuando amanece y descubren que han montado la tienda cerca de un castillo con muy mala apariencia y que unos extraños perros de aspecto feroz enloquecen por ellos. ¡Al contrario! Acaban de decidir que lo más conveniente es enviar a Henry, el más pequeño de la familia, a saludar a los propietarios del castillo.