Mañana celebran en la guardería el Día de la Abuela y todos los niños irán acompañados por sus abuelas a clase. Todos, menos Fridolina, porque la abuela Rita murió hace ya mucho tiempo. ¡Menuda injusticia! Los demás niños no paran de hablar de abuelas que recorren el mundo en aviones, de abuelas que regalan peluches enormes o de abuelas que llevan dentaduras postizas. Inmediatamente Fridolina empieza a buscarse una abuela perfecta. Y eso la lleva a descubrir un montón de cosas sobre ellas y, por encima de todo, sobre sí misma. Un libro muy especial que trata un importante tema relacionado con la familia.
El Campeonato de Muecas está a punto de empezar. ¿Quién puede vencer a la Caída de Mandíbula Temblona con Movimiento de Ojos de Greta o al Triple Tic Petrificado de Collum Ollum? Pero, de repente, las caras de los participantes se llenan de granos azules, menos la cara de Gronville Honkersmith. Dash necesita actuar con rapidez para que todos se libren de esos granos...
El abuelo de Diego va a vivir con su familia. Juega a los espías, caza monstruos en el armario y monta bicicleta. Pero el abuelo Max olvida las cosas y a veces no sabe dónde está. Desconcertado por esos despistes, el chico no sabe si lo hace en serio o está bromeando. La culpa es del "alemán" explica la madre. ¿Quién será ese tal alemán? -se pregunta intrigado Diego- y qué tiene que ver con su abuelo?
Érase un vez un pobre lobillo que llevaba la comida de su abuela en un hatillo. Tropezó con la temible Caperucita Roja, imaginen ustedes todo lo que pasó después.
Este libro contiene dos historias. En la primera, "¡Yo no estoy perdido!", el curso de Manuel va de paseo a la biblioteca municipal, pero el pequeño se queda atrás. Decide irse por su cuenta, hasta que una señora lo encuentra y cree que está perdido. Manuel intenta explicarle que no lo está pero no le salen las palabras. En el segundo cuento, "Una sorpresa para mamá". Lisa prepara un bizcocho para darle una sorpresa de cumpleaños a mamá. En la cocina, mezcla los ingredientes y pone la masa en el horno. Solo que no ha aprendido a graduar la temperatura y pronto la casa está encuelta en humo.