Un hermoso planner perpetuo, para que organices tus propias fechas y lo empieces y termines cuando quieras, con la estética de cada una de las eras de Taylor, una hermosa tapa dura, stickers y las ilustraciones más hermosas que te puedas imaginar.
Trudi ha comenzado a ir al colegio. Cada día va emocionada por ver a las otras aves, y, en especial, por escuchar lo que su profe les va a explicar, y cada día regresa a casa contenta y llena de cosas para contar. Hasta que un día, Trudi regresa totalmente alicaída y con una pregunta para sus padres: «¿Por qué no me dijisteis que los avestruces como nosotros no pueden volar?» Por supuesto, ser un ave y no poder volar parece la más terrible de las tragedias. Lo que Trudi no sabe es que su maestra, la gallina Cococorina, tampoco puede volar igual que el resto.
Esta es la primera pregunta que Elio se hace después de que Eva, su hermana, su compañera inseparable y su amiga del alma, caiga desde lo alto de una azotea. En ausencia de Eva, tan inteligente, tan inquisitiva, tan exigente e intolerante a la injusticia, ¿quién es Elio? ¿Quién es Mónica, su madre, a quien la adolescencia había colocado a mil planetas de distancia de su hija? ¿Qué lugar ocupa en este juego de ausencias Mateo, el psiquiatra de Elio, que tiene que ayudarlo a transitar por el duelo de una pérdida que primero debe desentrañar si ha sido accidental o provocada?
Elio no sabe cómo se llama un mellizo cuando el otro muere, pero sí sabe que Eva ya no está, ha volado. Lo que ella siempre ha querido.
Ahora tiene que decidir qué desea hacer él: cómo contar qué le ha sucedido a su hermana, y con su propia vida.