El caos se ha desatado en Escocia. Lilith y Erzsébet están en paradero desconocido y Laurie ha terminado convirtiéndose en lo que más temía: un vampiro.Para pasar con éxito la transición deberá beber la sangre de una persona hasta el punto de vaciarla, llevándola a la muerte.Laurie se niega, pues está en contra de sus principios y no quiere hacer crecer al monstruo que ha nacido en su interior. El problema es que si no lo hace terminará muerta y su segundo mayor miedo es ese: No volver a despertar.¿Y si se enterase de que hay una forma para volver a la vida? ¿Y si para salvarte tuvieras que sacrificar a una persona que amas?Cuando el amor es tu mayor pecado y vivir tu perdición, la muerte no espera y debes renunciar a uno de los dos.«Te has saltado las reglas, ahora sufrirás las consecuencias».
Desde hace tres semanas, Thomas vive en una habitación sin ventanas, de un blanco resplandeciente y siempre iluminada. Sin reloj y sin contacto con nadie, más allá de las tres bandejas de comida que alguien le lleva a diario (aunque a horas distintas, como para desorientarle). Al vigésimo sexto día, la puerta se abre y un hombre le conduce a una sala llena de viejos amigos.
Resolver el laberinto se suponía que era el final. No más pruebas, no más huidas. Thomas creía que salir significaba que todos recobrarían sus vidas, pero ninguno sabía a qué clase de vida estaban volviendo. Árida y carbonizada, gran parte de la tierra es un territorio inservible. El sol abrasa, los gobiernos han caído y una misteriosa enfermedad se ha ido apoderando poco a poco de la gente. Sus causas son desconocidas; su resultado, la locura. En un lugar infestado de miseria y ruina, y por donde la gente ha enloquecido y deambula en busca de víctimas, Thomas conoce a una chica, Brenda, que asegura haber contraído la enfermedad y estar a punto de sucumbir a sus efectos. Entretanto, Teresa ha desaparecido, la organización CRUEL les ha dejado un mensaje, un misterioso chico ha llegado y alguien ha tatuado unas palabras en los cuellos de los clarianos. La de Minho dice «el líder»; la de Thomas, «el que debe ser asesinado».
"Bienvenido al bosque. Verás que una vez a la semana, siempre el mismo día y a la misma hora, nos llegan víveres. Una vez al mes, siempre el mismo día y a la misma hora, aparece un nuevo chico, como tú. Siempre un chico. Como ves, este lugar está cercado por muros de piedra. Has de saber que estos muros se abren por la mañana y se cierran por la noche, siempre a la hora exacta. Al otro lado se encuentra el laberinto. De noche, las puertas se cierran y, si quieres sobrevivir, no debes estar alli para entonces". Todo sigue un orden y, sin embargo, al día siguiente suena una alarma. Significa que ha llegado alguien más. Para asombro de todos, es una chica. Su llegada vendrá acompañada de un mensaje que cambiará las reglas del juego. ¿Y si un día abrieras los ojos y te vieses en un lugar desconocido sin saber nada mas que tu nombre? Cuando Thomas despierta, se encuentra en una especie de ascensor. No recuerda qué edad tiene, quién es ni cómo es su rostro. Solo su nombre. De pronto, el ascensor da un zarandeo y se detiene. Las puertas se abren y una multitud de rostros le recibe. "Bienvenido al Claro dice uno de los adolescentes. Aquí es donde vivimos. Esta es nuestra casa. Fuera está el laberinto. Yo soy Alby; el Newt. Y tú eres el primero desde que mataron a Nick".
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