De día juegan al fútbol, de noche son superhéroes
Ramón Naya, más conocido como RANA, acaba de llegar a vivir a un pueblo muy peculiar: Nakatomi.
Su afición por el fútbol y sus ganas de hacer nuevos amigos hacen que entre en el equipo de su nuevo colegio.
Allí descubrirá que nada es lo que parece: tanto él como sus compañeros empiezan a desarrollar extraños poderes el día que cumplen once años.
¿Son superhéroes? ¿Mutantes? ¿O simplemente un grupo de niños y niñas con extrañas habilidades?
Los Once tendrán que aprender a usar sus superpoderes y enfrentarse en el campo de fútbol a un partido decisivo.
Mitad bruja, mitad hada, ¡un torbellino de magia!
Mirabella es especial porque es diferente.
Su mamá es una bruja, su papá es un hada, y Mirabella tiene un poquito de los dos. Además... ¡a la prima mayor de Isadora le encanta meterse en líos!
Mirabella está teniendo un día muy raro: su escoba mágica está rebelde, no encuentra a su amiga Carlota, y su nueva poción# ¡ha caído sobre la persona equivocada!
¿Conseguirá Mirabella arreglarlo y terminar bien el día?
Mitad hada, mitad bruja, ¡un torbellino de magia! ¡Vuelve Mirabella, la prima más traviesa de Isadora Moon!
Mirabella es especial porque es diferente.
Su mamá es una bruja, su papá es un hada, y Mirabella tiene un poquito de los dos. Mirabella y su familia van a disfrutar de unas vacaciones al estilo de las brujas. Ella intenta portarse bien, pero su nueva amiga brujita no para de meterlas en líos... ¿Y si esta vez Mirabella intentara de verdad ser la bruja buena?
Un delicioso álbum ilustrado sobre el poder de la imaginación
A través de la historia de una niña que nunca tiempo para nada, este delicado álbum nos habla de la necesidad de jugar y fantasear para hacer crecer la imaginación y desarrollar ese mundo interior propio que todos albergamos.
Había una vez, hace mucho tiempo, un niño tan pequeño que cabía cómodamente dentro de la corola de una flor. Bianca lo cuidó con cariño desde el día en que lo encontró, pequeño y solo, durante una fuerte nevada que había cubierto todo el pueblo de Bijankik. El niño, cuya piel y cabello eran del color de la leche, resistió la helada aferrándose a una campanilla de nieve, y lloró con fuerza. Así que la joven lo acogió como si fuera su propio hijo, abriéndole su casa y, sobre todo, su corazón. Un relato conmovedor dedicado a un amor que supera cualquier distancia.