En un lugar remoto de La Pampa argentina se encuentra El Pensamiento: un par de calles y un puñado de casas construidas alrededor de una estación ferroviaria. Dejándose llevar por los recuerdos hasta ahora olvidados, el narrador de esta historia evoca el último año que vivió en esta diminuta localidad, con siete años y justo antes de mudarse a la ciudad de Coronel Pringles con su familia. Criado en un ambiente rural, entre sirvientas, una madre tierna y un patriarca que poco a poco ha ido comprando el pueblo entero, su último año estuvo marcado por dos sucesos memorables que hicieron tambalearse la idílica paz rural de los vecinos: la llegada de un preceptor venido de la ciudad para hacerse cargo de la educación del narrador y el misterioso incidente con una locomotora desaparecida.
Entre personajes que parecen sacados de una novela decimonónica, guiños proustianos y estampas pampeanas de una Argentina que quiere abrazar el progreso y el orden, Aira construye una novela de iniciación que muta y nunca es lo que aparenta ser, pero que despliega de nuevo el gran talento, el desbordante imaginario y la originalidad radical que caracterizan la obra de uno de los grandes autores de nuestro tiempo.