Resulta que el mundo
eras tú,
lo demás solo decorado.
Ir contracorriente es un modo de vida; sentirte distinto al resto, una parte necesaria de la juventud; y darte cuenta de que eres ese tipo al que en otros momentos tanto criticaste, un capítulo obligatorio para hacerse adulto.
Era inevitable es una lección de humildad, un golpe en la mesa que nos derrota y a la vez nos atrapa, es una rendición, una bandera blanca a las canciones de amor y la historia del caos que deja la tormenta del deseo al pasar por uno. Aunque no queramos. Es el proceso de desangrado, lento pero constante, del que ve venir y no logra parar el desastre del amor.