En una gélida mañana de 1170, un juicio cruel sella los destinos de dos familias enfrentadas por la avaricia y los usos feudales. Según marca la tradición, los primogénitos de las dos casas, de apenas meses de edad, deben ser sumergidos en agua helada. El que se hunda será el escogido de Dios, y eso dará la razón a su familia.
Tras el lastimoso evento, Blanca, la hija del noble Ramón de Corviu, resulta elegida, y Robert de Tramontana, el Condenado, tiene que ver durante años cómo los vencedores se apoderan de todas sus posesiones. Pero, en esos instantes en que ambos lucharon por sobrevivir, nació entre ellos una unión especial e inquebrantable. Y a la vez, en el alma del perdedor germinó el deseo de alcanzar un mundo más justo, alejado de las supersticiones.
Años después, el joven Robert abandona sus tierras para dedicarse al estudio de las leyes en Barcelona y en la lejana Bolonia, mientras combate contra el odio y las traiciones de sus enemigos. El hallazgo de un antiguo libro lo convierte en pionero de una gran renovación y no está solo en la lucha; en su corazón viaja siempre el recuerdo de Blanca, la joven con quien compartió el infame juicio del agua.