DEJEN EN PAZ A MATILDE (OF1)

Dime: ¿qué mal te hice para merecer la vida que me diste? Mi vida cambió el día aciago en que aquel hombre se cruzó en mi camino. Aún era una niña cuando mi padre hizo que me marchara con él, pensando ,en su estulticia infinita, que aquello sería lo mejor para mí. A partir de entonces todo fue un viacrucis, hasta el momento en que su muerte me devolvió las ganas de vivir; paradójico, ¿no? Los maltratos físicos, verbales y psicológicos fueron mi pan de cada día; triste, ¿no? En este pueblo casi nadie dijo nada ante estos abusos, pero a muchos les ganó la indignación cuando asumieron que me gustaban las mujeres porque me fui a vivir con la «tortillera esa», como despectivamente llamaban a la única persona que me brindó protección, y que nunca admitió dicha orientación, pero que por su naturaleza, según ellos, todos pensaban que sí. Ella me ayudó, fue mi soporte y apoyo cuando enfrentó a aquellos que por tanto tiempo fueron mis verdugos. Sé que como yo hay muchas otras Matildes que sufren sus maltratos en silencio, porque creen que están solas y viven bajo el terror mortal de sus agresores, terminando la mayoría por engrosar las nefastas estadísticas de feminicidios. Dejen en paz a Matilde es una novela que desnuda a una sociedad hipócrita que se rasga las vestiduras ante lo que, supuestamente, atenta contra las buenas costumbres morales, peroque no se inmuta ante la violencia machista.
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Dime: ¿qué mal te hice para merecer la vida que me diste?

Mi vida cambió el día aciago en que aquel hombre se cruzó en mi camino. Aún era una niña cuando mi padre hizo que me marchara con él, pensando ,en su estulticia infinita, que aquello sería lo mejor para mí. A partir de entonces todo fue un viacrucis, hasta el momento en que su muerte me devolvió las ganas de vivir; paradójico, ¿no? Los maltratos físicos, verbales y psicológicos fueron mi pan de cada día; triste, ¿no? En este pueblo casi nadie dijo nada ante estos abusos, pero a muchos les ganó la indignación cuando asumieron que me gustaban las mujeres porque me fui a vivir con la «tortillera esa», como despectivamente llamaban a la única persona que me brindó protección, y que nunca admitió dicha orientación, pero que por su naturaleza, según ellos, todos pensaban que sí. Ella me ayudó, fue mi soporte y apoyo cuando enfrentó a aquellos que por tanto tiempo fueron mis verdugos. Sé que como yo hay muchas otras Matildes que sufren sus maltratos en silencio, porque creen que están solas y viven bajo el terror mortal de sus agresores, terminando la mayoría por engrosar las nefastas estadísticas de feminicidios.

Dejen en paz a Matilde es una novela que desnuda a una sociedad hipócrita que se rasga las vestiduras ante lo que, supuestamente, atenta contra las buenas costumbres morales, peroque no se inmuta ante la violencia machista.

Especificaciones de productos
Autor ENCARNACION, J.
Editora LIBRO DOMINICANO
Encuadernado TAPA SUAVE
Páginas 170