LA ISLA DE SANTO DOMINGO. SANCOCHO C.
Por pura coincidencia, este ensayo sobre la Isla de Santo Domingo ve la luz del sol en horas convulsas. El puebto y la República de Haití viven tiempos inauditos en su ya más de 200 años de vida independiente. La preocupación que suscita la resolución final de ese drama, verdadero rompecabezas político y sociocultural, solo es superada por su propia indefinición e incertidumbre, Estamos -todospresenciando con relativa vacilación “la noche del mundo” haitiano.
No obstante, el foco de atención de estas páginas no es dicho rompecabezas, sino uno isleño, centrado en la perspectiva de los inmigrantes en la República Dominicana. En cuanto tal, la pesquisa gira alrededor del impacto social que originan quienes, procedentes desde los más remotos pueblos y culturas sobre la faz de la tierra, a lo largo de su historia, llegan a suelo dominicano para instalarse ahí, mientras edifican un nuevo lar adoptivo, para ellos y sus herederos.
Con ese único propósito como meta, la exposición queda articulada por dos momentos interdependientes. El primero discierne el modelo migratorio singular y característico del pueblo dominicano. Modelo que, a modo de sancocho-cultural, es exclusivo a un sinnúmero de diversos grupos étnicos inmigrantes que, a lo largo de los años, adaptados y aunados en su diversidad, se hanimplantado y reproducido en el desconocido suelo dominicano como patrio. El segundo, a la normalidad de ese modelo migratorio se contrapone el fenómeno significativo, aunque excepcional y único, del inmigrante haitiano. Ese inmigrante representa la excepción que confirma la regla multicultural e inclusiva de la inmigración que llega a la República Dominicana y que, por eso mismo, pone en juego el desenlace del proceso de formación de la sociedad dominicana, si no de la Isla de Santo Domingo.
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