A finales del siglo XIV, la excéntrica e impredecible Giovanna II, reina de Nápoles, quiere escribir a su amante una carta de amor que le resulte irresistible. Para ello recluta a los diez poetas más célebres del reino, a cien soldados y a una comitiva de sirvientes, y emprende una expedición a Amalfi, donde la Congrega dei Cartari produce el papel más selecto de Europa. No obstante, dicha congregación también es famosa por el estricto proceso de selección de sus clientes, al considerar que su papel está destinado a acoger los textos más trascendentes y los fines más nobles, y que el uso frívolo de un material casi divino no solo es un desperdicio, sino también una atrocidad. Lo que la Congrega dei Cartari parece no saber es que hasta los principios más inflexibles se pueden tambalear cuando quien pretende quebrantarlos es la mujer más poderosa –y tal vez la más persuasiva– del reino. En Papel con marca de agua, Goran Petrovic construye una historia memorable y llena de humor, una novela tan disparatada como inteligente, poblada por poetas beodos, soldados primerizos y catadores de papel ciegos, y ambientada en un Nápoles medieval en el que aparecen cerros de la nada y los curas, los santos y hasta los ángeles se esconden en las iglesias. Construida como una crónica cuyo compromiso con la realidad está supeditado a su pasión por lo maravilloso, esta historia supone una reflexión atinada sobre la vida y la literatura y da cuenta de esos pequeños detalles que, aunque a veces pasen desapercibidos, moldean el devenir de los pueblos.