Todo es culpa de una pizza mutada con una de las pócimas de Zania. ¡No tenían que haberle pedido ayuda nunca! Aunque ahora eso ya da igual... ¡Lo importante es que los zombis no se coman su cerebro antes de encontrar una solución!
Tienen que buscar refugio, encontrar provisiones y, después, acabar con los zombis. Solo hay un pequeñísimo problema: ¡no tienen ni idea de por dónde empezar!