Las tres primeras novelas de la saga del autoestopista galáctico de Douglas Adams. Tres obras maestras del humor reunidas en un solo volumen.
La ciencia ficción da para la distopía, la paranoia tecnológica, la metafísica, la épica, el terror… y, sí, también para las carcajadas cósmicas. Que es lo que provoca la descacharrante y estrafalaria aproximación al género de ese profesor chiflado llamado Douglas Adams.
Este volumen reúne los tres primeros libros de su saga interestelar, Guía del autoestopista galáctico, El restaurante del fin del mundo y La vida, el universo y todo lo demás, que nos presentan un plantel de personajes imbatible: el terrícola Arthur Dent, al que la construcción de una autopista hiperespacial desaloja de su casa, obliga a huir de su planeta y lanza a la aventura; el extraterrestre Ford Prefect, al que no le aceptan en ningún sitio las tarjetas American Express; el pirata esquizoide de dos cabezas y expresidente de Galaxia Zaphod Beeblebrox; el androide paranoide tendente a la depresión que responde al nombre de Marvin; la intrépida reportera transgalática Trillian…
Y entre una sucesión de andanzas rocambolescas y desternillantes por los rinconcillos más raros, recónditos y peligrosos de la Galaxia el autor da respuesta a algunas muy pero que muy trascendentales: ¿es posible que una nave acumule un retraso de novecientos años con todos los pasajeros dentro?, ¿se puede conseguir que una tetera automática prepare un té bebible y sin aspecto de menjunje?, ¿puede el exceso de zapaterías provocar la destrucción de un planeta?