Los historiadores de la Gran Historia lo han «olvidado». Pero Cabral no se convirtió en una foto fija tras su muerte. Claro que no pudo madurar como un Nelson Mandela y no sabemos cómo habría revisado o enriquecido sus principios juveniles. Pero sí sabemos que Cabral es pertinente en castellano porque lo es en África, con sus errores y su lucidez juvenil, debido a su preocupación genuina por la población, por las gentes. Una preocupación que aún transpira en los textos y en las memorias, una preocupación que aún mueve a pensar y a actuar.
Agotado